Pedro Casas - Rebelión
Hacía muchos años que no se veía algo parecido en Madrid. Trabajadores de todas las edades y profesiones salían a las calles de sus barrios y pueblos para ir, todos juntos, hacia el Congreso de los Diputados, lugar donde se toman las decisiones que posteriormente afectan a todos, y donde adquieren fuerza de ley los recortes en materia laboral y social que están sufriendo las clases populares.
Desde primeras horas de la mañana comenzaron a moverse las 7 columnas principales, desde Plaza de Castilla (norte), Parque de Sta. María (Hortaleza y Corredor del Henares), Moratalaz, Villa de Vallecas (este), Getafe y Villaverde (sur-este), Leganés y Carabanchel (sur-oeste) y templo de Debod (oeste). A estas columnas se les fueron uniendo otras muchas iniciadas en multitud de barrios también periféricos.
Muchas vecinas y vecinos de estos barrios, por cuyas calles no es habitual ver el paso de manifestantes, contemplaban con cierto asombro la marea humana que les animaba a unirse. Y la emoción era más que evidente en los momentos que confluían las diversas marchas de miles y miles de personas.
El carácter trabajador que han tenido las marchas se ha expresado tanto en la composición principal de los manifestantes, salidos de sus pueblos y barrios periféricos, como por los lemas coreados mayoritariamente, entre los que destacan: “Lo llaman democracia y no lo es”; “que no nos representan”; “Viva la lucha de la clase obrera”; “el pueblo unido jamás será vencido”; “esta crisis no la pagamos”; “no hay pan para tanto chorizo”; “hace falta ya una huelga general”.
La convocatoria de las marchas y su organización correspondió a unas asambleas de trabajadores que se fueron constituyendo por barrios y pueblos al calor de esta crisis, como reacción a las agresiones a los derechos laborales y sociales, y frente a las prácticas de unos sindicatos, hoy mayoritarios, que han abandonado la lucha como método de conquistar derechos, para firmas pactos que los recortan.
Dichas asambleas, con un funcionamiento horizontal, comenzaron a coordinarse tras la huelga general del 29 de septiembre, y allá por el mes de febrero comenzaron a estudiar la posibilidad de realizar estas marchas.
En aquellos primeros meses de año, las perspectivas de participación no eran las de ahora, y a pesar de todo en el mes de marzo se decide la realización de las mismas en la fecha del 19 de junio, convencidos que lo único que se podía perder era la dignidad en caso de no intentarlo. El 27 de mayo se presentaron las comunicaciones ante la Delegación del Gobierno y el 10 de junio quedaba por escrito la toma en consideración por parte de este organismo.
El lema general elegido fue “Contra la crisis y el capital”, y como lemas complementarios los siguientes:
NO A LOS RECORTES LABORALES, DE PENSIONES NI SOCIALES
CONTRA EL PARO, LUCHA OBRERA
ABAJO LOS PRECIOS, ARRIBA LOS SALARIOS
SUBIDA DE IMPUESTOS A LOS QUE MÁS GANAN
EN DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS, NO A LA PRIVATIZACIÓN DE SANIDAD, EDUCACIÓN, CAJAS DE AHORRO Y OTROS
SIN IMPORTAR EL LUGAR DE ORIGEN, VIVA LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA
Merece la pena resaltar que la elaboración del comunicado leído al finalizar las marchas fue elaborado de forma sencilla y unitaria por parte de las asambleas, cuya composición ideológica es muy variada, mostrando que la unidad frente a las agresiones es posible además de necesaria (puede consultarse en http://marchasanticrisis.wordpress.com/)
Las asambleas populares de barrios y pueblos surgidas al calor de las movilizaciones del 15M, fueron conociendo la convocatoria de las marchas y sus contenidos, y, de una manera casi unánime, decidieron apoyarlas en cada zona, y sin duda alguna este apoyo ha contribuido a que el éxito de las marchas fuese mayor.
Por otro lado, las diferentes expresiones organizativas del llamado movimiento 15M decidieron convocar manifestaciones el mismo 19 de junio en otras ciudades del estado, para protestar contra el pacto del euro y dar continuidad a las movilizaciones una vez levantadas las acampadas.
Tanto antes como después de la celebración de las marchas, los grandes medios de comunicación han tratado de ocultar el origen y contenidos de una movilización que parece no gustar a los poderes económicos que sustentan dichos medios. Y algunas organizaciones y portavoces del 15M parecen haberse sentido cómodos con esta imagen, pues no se conocen declaraciones que hayan tratado de aclarar esta situación, y en cambio se han oído otras que se arrogaban la autoría sin más de unas movilización cuya responsabilidad correspondía a otras asambleas.
Pero la realidad es tozuda, y las decenas o centenares de miles de personas que han estado llenando las calles de un Madrid “tomado” por los trabajadores, han vuelto a casa con el convencimiento de que la lucha es el único camino, y que los trabajadores no podemos contemplar pasivos los recortes que se realizan con el único objetivo de que los que más tienen, más ganen todavía. Las multitudinarias columnas desde todos los puntos cardinales de Madrid, han mostrado que es posible resistir y avanzar, porque la fuerza de los trabajadores es inmensa.
Los poderes económicos pueden tratar de falsear la realidad, o incluso esconder la cabeza bajo tierra; pero ese es su problema. Y también lo tienen complicado los sindicatos mayoritarios, cuya práctica de pactos a la baja está siendo cada vez más cuestionada, hasta el extremo de que ya sólo se limitan a la movilización de sus delegados sindicales, alejados cada vez más de su base social trabajadora. Y esto es lo que se está viendo, lo que se verá en los próximos días (el miércoles 22 sin ir más lejos) porque ya va quedando atrás ese viejo axioma que atenazaba las movilizaciones en Madrid, que con ellos no era posible (porque no querían convocar luchas), pero sin ellos tampoco (por la baja capacidad de convocatoria del sindicalismo alternativo.
Estamos viviendo una situación de cambio de ciclo histórico, que está modificando, no sólo el tablero de la lucha social, sino también las fichas y su capacidad de movimiento. No desaprovechemos la oportunidad que estamos construyendo desde diferentes trincheras.
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