Foto G. Trucchi/Opera Mundi |
Por Giorgio Trucchi - Opera Mundi
El magisterio hondureño ha sido quizás uno de los sectores más comprometidos con la resistencia contra el golpe de Estado de junio de 2009, que derrocó al presidente Manuel Zelaya. En diferentes ocasiones, los maestros y maestras han denunciado que el repudio al gobierno de facto y a la elección de Porfirio Lobo les ha causado serios problemas con el actual gobierno.
Según ellos, sus protestas en defensa de la educación pública y por el respeto de los derechos laborales ha sido constantemente reprimidas con violencia y el gobierno no ha cumplido con los acuerdos firmados en búsqueda de una solución definitiva al problema.
Ante esta situación, cinco maestros han decidido iniciar una huelga de hambre indefinida, declarándose perseguidos políticos. El grupo montó una carpa frente al Congreso Nacional en Tegucigalpa, exigiendo al gobierno la inmediata solución a los problemas que afectan al sector y el reintegro de 303 educadores que fueron suspendidos, sin goce de salario, por haber participado en las protestas.
“Ya tenemos 27 días de estar en huelga de hambre. Estamos viviendo una represión, una persecución política por parte del gobierno de Honduras y vamos a continuar hasta que nos den respuestas concretas a nuestras demandas”, dijo a Opera Mundi la maestra Yanina Parada.
Además del reintegro de los maestros suspendidos, Yanina explicó que el movimiento exige al gobierno, la no privatización de la educación, la cancelación de una deuda millonaria con el INPREMA (Instituto Nacional de Previsión del Magisterio) y el pago de salarios atrasados. “Hemos decidido adoptar esta medida extrema porque a nivel mundial se sepa que no es cierto que en Honduras se respetan los derechos humanos y laborales”, afirmó Parada.
Un nuevo escenario
Los maestros en huelga de hambre, ya visiblemente afectados físicamente, denunciaron que, hasta el momento, el gobierno hizo caso omiso a sus peticiones. Esperan que los Acuerdos de Cartagena, firmados por el presidente Porfirio Lobo y Manuel Zelaya en el marco del proceso de mediación impulsado por los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Juan Manuel Santos, puedan ayudar a solucionar esta grave situación.
“El desinterés del gobierno demuestra el doble discurso de Lobo. Por un lado garantiza el respeto de los derechos humanos y la no persecución política y por el otro, continúa actuando en contra del magisterio”, señaló el dirigente magisterial Luis Sosa.
Según Sosa, las protestas han sido reprimidas con violencia y hay varios educadores que han sido golpeados y detenidos. El mismo fue violentamente atacado por la Policía durante las protestas de agosto 2010 y actualmente enfrenta una demanda judicial por “atentar contra el Estado”. “Si Porfirio Lobo quiere demostrarle al mundo que tiene la intención de cumplir con los Acuerdos de Cartagena, que comience con solucionar el problema del magisterio, porque parece que a él no le importa que podamos morir en cualquier momento”, afirmó.
Los maestros esperan también que el regreso de Zelaya sea un elemento que ayude en la búsqueda de una salida a esta situación. “Estamos esperando que el ex presidente nos visite. Confiamos en que pueda hablar con Porfirio Lobo y que respalde nuestras demandas. Tenemos que buscar puntos de coincidencia porque la confrontación no es viable para nadie”, concluyó.
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