Por Giorgio Trucchi
El mega evento empresarial “Honduras is open for business”, que se desarrollará en la ciudad de San Pedro Sula los días 5 y 6 de mayo, ha generado una fuerte reacción de repudio por parte de las organizaciones sociales y populares del país, por ser parte de una estrategia para poner en venta al país, transformarlo en un paraíso fiscal y laboral, y consolidar y fortalecer el régimen.
Representantes de unas 1.500 empresas de 75 países se reunirán el la ciudad de San Pedro Sula para examinar 147 proyectos que serán presentados por el régimen hondureño. Una inversión de más de 14 mil millones de dólares, es decir casi equivalente al PIB de Honduras del 2010.
Los proyectos estarán ubicados en todo el territorio nacional y serán divididos en 6 sectores de inversión: agronegocio, energía renovable, forestal, infraestructura, textil y turismo.
Pero, ¿en qué piensan invertir tanto dinero las grandes transnacionales? Principalmente en proyectos que ya han sido fuertemente cuestionados a nivel mundial, como por ejemplo, la producción de semillas de maíz transgénico, megaproyectos hidroeléctricos y turísticos, la producción de agrocombustibles en base a caña de azúcar, palma africana y piñon.
También se prevé la implementación de monocultivos para el mercado del carbono, la manipulación genética bovina, proyectos de infraestructuras vial, de explotación forestal y nuevas zonas francas.
Para facilitar la inversión, el Congreso Nacional aprobó en tiempo récord un marco legal para nuevos inversionistas. Además de la Ley para la Protección y Promoción de Inversiones, con la que se garantizarán los derechos de los inversionistas y se les brindará fuertes beneficios fiscales, la nueva legislación incluirá la Ley de Empleo por Horas, la de Inversión Público-Privada y la Ley de las Regiones Especiales de Desarrollo (Charter cities - Ciudades modelos).
El actual régimen considera ese evento como fundamental para el relanzamiento de Honduras a nivel internacional, sin embargo los movimientos sociales y populares hondureños han levantado su voz, y se han movilizado para contrarrestar lo que consideran un crimen contra el país y su territorio.
Resistencia
Resistencia
“Es una nueva modalidad para seguir convirtiendo a nuestro país en un paraíso fiscal y laboral. Quieren venderlo al capital extranjero y a las oligarquías nacionales y lo hacen con las mentiras, porque no es cierto que estos proyectos van a traer más trabajo y bienestar para la gente.
Ya lo hemos experimentado con los monocultivos para la exportación, las hidroeléctricas, la minería, las zonas francas y los megaproyectos turísticos. En lugar de empleo digno se ha generado explotación, precarización del trabajo, violación a los derechos humanos e inseguridad alimentaria”, senaló el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS) y dirigente de la Resistencia hondureña, Carlos H. Reyes.
Para Salvador Zúniga, dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), el evento empresarial tiene el único objetivo de poner en venta al país.
“El régimen continuador del golpe quiere entregar todos nuestros recursos a las transnacionales. Hasta quiere vender nuestra territorialidad, cultura y cosmovisión indígena, en abierta violación del Convenio 169 de la OIT”, explicó Zúniga.
Según el dirigente indígena, llevar a cabo ese proyecto entreguista profundizaría aún más el despojo de los recursos, la pérdida de la cultura ancestral y desataría más violencia en la región, “porque vamos a intensificar la resistencia contra este modelo explotador y este régimen hipócrita.
Nosotros no estamos en contra del desarrollo, pero abogamos por un desarrollo que rispete la libertad, la autonomía, los recursos de nuestra Madre Tierra, y no que mercantilice todo”, concluyó Zúniga.
“Vamos a movilizarnos, aunque sepamos que va a haber una fuerte presencia policial y militar -dijo Alfredo López, vicepresidente de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH)-.
“Para el pueblo garífuna estos proyectos constituyen una grave amenaza. Van a privatizar tierras y playas y a generar más represión. Quieren seguir adueñándose de nuestros recursos, imponiendo ciudades modelos (charter cities) y consolidando el golpe.
Una vez más se está demostrando que quiénes mandan en el país son las oligarquías nacionales y las grandes familias. Es por eso que vamos a seguir en resistencia, generando rebeldía. Nadie está obligado a aceptar estos mecanismos que apuntan a hacer desaparecer nuestras comunidades y nuestros pueblos”, concluyó López.
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