Criminalización de la lucha del campesinado y propiedad hegemónica de la tierra renuevan ola de violencia impune
Por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Un reciente informe presentado por el MUCA a la Misión Internacional que está evaluando la situación de los derechos humanos en el Bajo Aguán, evidencia un preocupante avance de la violencia contra las organizaciones campesinas y las familias que las integran.
Por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Un reciente informe presentado por el MUCA a la Misión Internacional que está evaluando la situación de los derechos humanos en el Bajo Aguán, evidencia un preocupante avance de la violencia contra las organizaciones campesinas y las familias que las integran.
Decenas de asesinatos, agresiones, secuestros e intimidaciones demuestran un odio profundo de la oligarquía productora de palma africana en contra de este sector social organizado.
“Decidimos elaborar el informe ‘Bajo Aguán: masacre, luto y dolor’, para demostrar, a nivel nacional e internacional, la sistemática violación de los derechos humanos que existe en la zona”, dijo a Sirel un directivo del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), quien prefirió mantener el anonimato.
De acuerdo con el informe serían 18 los campesinos miembros del MUCA y del Movimiento Campesino del Aguán (MCA) asesinados durante el último año. También se detalla la creciente ola de secuestros, detenciones ilegales, persecuciones y personas heridas.
“No ha sido fácil elaborar ese documento, pero creemos que va a ser muy importante para el trabajo que está realizando la Misión. También estamos señalando la responsabilidad de los terratenientes y productores palmeros de la zona en estos delitos. Son ellos quienes nos reprimen a través de sus guardias privadas y sicarios, coludidos con la Policía y el Ejército”, denunció el dirigente campesino del MUCA.
Según las organizaciones campesinas, existe una verdadera ofensiva de estos sectores pudientes para mantener la hegemonía de las tierras y seguir impulsando el monocultivo de la palma africana. El campesinado es un estorbo para sus planes.
“Necesitamos recuperar las tierras que nos fueron usurpadas y los terratenientes responden con odio y más violación a los derechos humanos. Pero no se dan cuenta de que lo que están logrando es el surgimiento de más organización y lucha”, dijo Adolfo Cruz, directivo del MCA, durante la visita realizada por la Misión Internacional a la comunidad Guadalupe Carney, municipio de Trujillo.
Según Cruz, la masacre de los cinco miembros del MCA el pasado 15 de noviembre no fue casual, sino parte de una estrategia de terror impulsada por los terratenientes, coludidos con los cuerpos represivos del Estado.
“Nos asesinaron a cinco compañeros que han dejado viudas y huérfanos. Nos han cercado, amenazado y asesinado. Nos han tendido un cerco mediático criminalizando nuestra lucha. Han provocado graves daños a nuestra economía para obligarnos a arrodillarnos, pero nunca han logrado desalojarnos de nuestras tierras.
Lleven esta información al mundo -continuó el dirigente del MCA- porque estamos seriamente preocupados por lo que está ocurriendo en el Bajo Aguán. Lanzamos un grito al cielo para que se nos escuche”, concluyó.
Pese a la fuerte represión, las organizaciones campesinas reiteraron su compromiso de lucha. Además, condenaron la derogación del Decreto 18-2008, cuyo objetivo era solucionar el grave problema de la mora agraria y los graves conflictos que se han generado a raíz de la falta de acceso a la tierra
Finalmente, exigieron al gobierno de Porfirio Lobo y a las autoridades del Instituto Nacional Agrario (INA), el respeto de los acuerdos firmados y la legalización y distribución de las tierras que fueron adjudicadas para fines de reforma agraria.
“Hemos venido creciendo y concientizándonos. La muerte de cada uno de nuestros compañeros nos da más fuerza para seguir luchando. Sabemos que en cualquier momento podemos caer, pero es un riesgo que debemos correr si queremos que en el Bajo Aguán y en todo el país haya un verdadero cambio.
La presencia de esta Misión es importante -consideró el dirigente del MUCA-, porque nos va a dar una mayor credibilidad a nivel internacional y nos ayudará a romper el cerco mediático de los medios controlados por los golpistas. Es intolerable lo que nos están haciendo, y ahora, más que nunca, necesitamos que el mundo sepa y condene esta situación”, concluyó.
Notas:
Galería de fotos
“Decidimos elaborar el informe ‘Bajo Aguán: masacre, luto y dolor’, para demostrar, a nivel nacional e internacional, la sistemática violación de los derechos humanos que existe en la zona”, dijo a Sirel un directivo del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), quien prefirió mantener el anonimato.
De acuerdo con el informe serían 18 los campesinos miembros del MUCA y del Movimiento Campesino del Aguán (MCA) asesinados durante el último año. También se detalla la creciente ola de secuestros, detenciones ilegales, persecuciones y personas heridas.
“No ha sido fácil elaborar ese documento, pero creemos que va a ser muy importante para el trabajo que está realizando la Misión. También estamos señalando la responsabilidad de los terratenientes y productores palmeros de la zona en estos delitos. Son ellos quienes nos reprimen a través de sus guardias privadas y sicarios, coludidos con la Policía y el Ejército”, denunció el dirigente campesino del MUCA.
Según las organizaciones campesinas, existe una verdadera ofensiva de estos sectores pudientes para mantener la hegemonía de las tierras y seguir impulsando el monocultivo de la palma africana. El campesinado es un estorbo para sus planes.
“Necesitamos recuperar las tierras que nos fueron usurpadas y los terratenientes responden con odio y más violación a los derechos humanos. Pero no se dan cuenta de que lo que están logrando es el surgimiento de más organización y lucha”, dijo Adolfo Cruz, directivo del MCA, durante la visita realizada por la Misión Internacional a la comunidad Guadalupe Carney, municipio de Trujillo.
Según Cruz, la masacre de los cinco miembros del MCA el pasado 15 de noviembre no fue casual, sino parte de una estrategia de terror impulsada por los terratenientes, coludidos con los cuerpos represivos del Estado.
“Nos asesinaron a cinco compañeros que han dejado viudas y huérfanos. Nos han cercado, amenazado y asesinado. Nos han tendido un cerco mediático criminalizando nuestra lucha. Han provocado graves daños a nuestra economía para obligarnos a arrodillarnos, pero nunca han logrado desalojarnos de nuestras tierras.
Lleven esta información al mundo -continuó el dirigente del MCA- porque estamos seriamente preocupados por lo que está ocurriendo en el Bajo Aguán. Lanzamos un grito al cielo para que se nos escuche”, concluyó.
Pese a la fuerte represión, las organizaciones campesinas reiteraron su compromiso de lucha. Además, condenaron la derogación del Decreto 18-2008, cuyo objetivo era solucionar el grave problema de la mora agraria y los graves conflictos que se han generado a raíz de la falta de acceso a la tierra
Finalmente, exigieron al gobierno de Porfirio Lobo y a las autoridades del Instituto Nacional Agrario (INA), el respeto de los acuerdos firmados y la legalización y distribución de las tierras que fueron adjudicadas para fines de reforma agraria.
“Hemos venido creciendo y concientizándonos. La muerte de cada uno de nuestros compañeros nos da más fuerza para seguir luchando. Sabemos que en cualquier momento podemos caer, pero es un riesgo que debemos correr si queremos que en el Bajo Aguán y en todo el país haya un verdadero cambio.
La presencia de esta Misión es importante -consideró el dirigente del MUCA-, porque nos va a dar una mayor credibilidad a nivel internacional y nos ayudará a romper el cerco mediático de los medios controlados por los golpistas. Es intolerable lo que nos están haciendo, y ahora, más que nunca, necesitamos que el mundo sepa y condene esta situación”, concluyó.
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