El balance del gobierno de Porfirio Lobo Sosa a un año de mi exilio forzado e ilegal, muestra resultados desalentadores y negativos. Ante la envergadura de esta crisis es un deber ineludible de todos los hondureños proponer soluciones reales y honestas, ya que a lo largo de estos 12 meses la tendencia del gobierno con sus acciones ha sido a empeorar la situación socioeconómica y política del país.
Los acontecimientos que afectan la vida nacional, son graves y entendidos en su correcta dimensión, son el resultado de la ausencia absoluta de sensibilidad ante el sufrimiento indecible de las mayorías del pueblo; obreros, campesinos, maestros y trabajadores, mientras los que generaron el conflicto siguen constituyendo el poder real del país.
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