En un comunicado dado a conocer el día de hoy, 20 de julio 2010, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) convocó al pueblo hondureño a una Jornada de Resistencia por la Soberanía, la Autodeterminación, Dignidad y la Refundación Nacional.
En el comunicado, la organización se propuso seguir movilizándose "ante la guerra que el capitalismo vuelve a imponer sobre los territorios y vidas de este planeta.
Como hace más de quinientos años - continúa la proclama -, los blancos ricos extranjeros y sus aliados nacionales, amenazan con despojarnos de nuestras riquezas naturales y nuestra manera de vivir con las aguas, los cielos, los animales y los bosques".
De acuerdo con el COPINH, para lograr sus objetivos "utilizan sus estrategias de robo, engaño y muerte a través de las empresas, la radio y la televisión, las instituciones del estado golpista, y los ejércitos al servicio de los intereses de la ocupación extranjera".
El texto denuncia las políticas que impulsan las empresas hidroeléctricas, asi como "la privatización de energía y agua, la destrucción del bosque, las inversiones hoteleras, las concesiones mineras y la marginación en los procesos de educación y salud".
El COPINH se pronunció también contra "todas las formas de violencia hacia las mujeres, como el femicidio, el acoso sexual especialmente contra las jóvenes, y la terrible miseria y explotación que se encarna con más crueldad en los cuerpos de las mujeres indígenas".
La organización hondureña se proclamó en resistencia activa "para enfrentar la dominación en manos de los proyectos transnacionales emprendidos por el Banco Mundial, la Unión Europea y el BID". Esta estrategia está impulsando un proyecto de ley que de hecho "abre la posibilidad de privatización de los recursos naturales, la información genética vegetal y animal y los saberes ancestrales de los pueblos".
El COPINH denunció además a la empresa privada nacional (COHEP), por estar exigiéndole "al régimen golpista que renuncie al Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales del Mundo, porque estorba a la posibilidad de apropiación de las riquezas naturales de nuestras comunidades".
Finalmente, la proclama condena "el régimen continuador del golpe de Estado" y propone "la Refundación del país a través de mecanismos como la Asamblea Nacional Constituyente", en la que tengan representación todos los sectores del país.
Asimismo, exigió "el castigo a los culpables de los crímenes contra los y las que han enfrentado la dictadura" y el regreso de decenas de exiliados, entre ellos el ex presidente Manuel Zelaya y el padre Andrés Tamayo.
En su parte final, el documento hizo un llamado a la Resistencia para que se fortalezca "con la participación activa de nuestros planteamientos desde las comunidades", y declaró el apoyo solidario del COPINH con "todos los esfuerzos de los pueblos valientes que luchan contra la militarización y los proyectos neoliberales.
Llamamos a los pueblos del mundo a rechazar la guerra imperialista que se cierne sobre el pueblo iraní, la invasión militar en Costa Rica y la represión brutal contra hermanos y hermanas de Panamà. Proponemos como mecanismos de solución a los problemas, la palabra y no la muerte.
Ante la amenaza nuclear proponemos la destrucción del armamentismo y el uso de la riqueza mundial para la paz, la felicidad y la dignidad de los pueblos", concluyó el documento.
En el comunicado, la organización se propuso seguir movilizándose "ante la guerra que el capitalismo vuelve a imponer sobre los territorios y vidas de este planeta.
Como hace más de quinientos años - continúa la proclama -, los blancos ricos extranjeros y sus aliados nacionales, amenazan con despojarnos de nuestras riquezas naturales y nuestra manera de vivir con las aguas, los cielos, los animales y los bosques".
De acuerdo con el COPINH, para lograr sus objetivos "utilizan sus estrategias de robo, engaño y muerte a través de las empresas, la radio y la televisión, las instituciones del estado golpista, y los ejércitos al servicio de los intereses de la ocupación extranjera".
El texto denuncia las políticas que impulsan las empresas hidroeléctricas, asi como "la privatización de energía y agua, la destrucción del bosque, las inversiones hoteleras, las concesiones mineras y la marginación en los procesos de educación y salud".
El COPINH se pronunció también contra "todas las formas de violencia hacia las mujeres, como el femicidio, el acoso sexual especialmente contra las jóvenes, y la terrible miseria y explotación que se encarna con más crueldad en los cuerpos de las mujeres indígenas".
La organización hondureña se proclamó en resistencia activa "para enfrentar la dominación en manos de los proyectos transnacionales emprendidos por el Banco Mundial, la Unión Europea y el BID". Esta estrategia está impulsando un proyecto de ley que de hecho "abre la posibilidad de privatización de los recursos naturales, la información genética vegetal y animal y los saberes ancestrales de los pueblos".
El COPINH denunció además a la empresa privada nacional (COHEP), por estar exigiéndole "al régimen golpista que renuncie al Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales del Mundo, porque estorba a la posibilidad de apropiación de las riquezas naturales de nuestras comunidades".
Finalmente, la proclama condena "el régimen continuador del golpe de Estado" y propone "la Refundación del país a través de mecanismos como la Asamblea Nacional Constituyente", en la que tengan representación todos los sectores del país.
Asimismo, exigió "el castigo a los culpables de los crímenes contra los y las que han enfrentado la dictadura" y el regreso de decenas de exiliados, entre ellos el ex presidente Manuel Zelaya y el padre Andrés Tamayo.
En su parte final, el documento hizo un llamado a la Resistencia para que se fortalezca "con la participación activa de nuestros planteamientos desde las comunidades", y declaró el apoyo solidario del COPINH con "todos los esfuerzos de los pueblos valientes que luchan contra la militarización y los proyectos neoliberales.
Llamamos a los pueblos del mundo a rechazar la guerra imperialista que se cierne sobre el pueblo iraní, la invasión militar en Costa Rica y la represión brutal contra hermanos y hermanas de Panamà. Proponemos como mecanismos de solución a los problemas, la palabra y no la muerte.
Ante la amenaza nuclear proponemos la destrucción del armamentismo y el uso de la riqueza mundial para la paz, la felicidad y la dignidad de los pueblos", concluyó el documento.
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