por END
El gobierno municipal de Belén prohibió por medio de una ordenanza el uso de especies transgénicas en todo su territorio, “con el objetivo de proteger la biodiversidad biológica, la salud de los habitantes, la seguridad y soberanía alimentaria, identidad cultural, el medio ambiente, los sistemas productivos de los campesinos y especies animales y vegetales, que son potenciales víctimas de los efectos adversos de los transgénicos”, reza la ordenanza.
La unidad de gestión ambiental de la alcaldía será la encargada de aplicar y hacer cumplir la ordenanza, donde se detalla que sus funcionarios podrán auxiliarse de la autoridad judicial, la Policía Nacional y hasta podrá establecer coordinaciones con cooperativas, productores y asociaciones comunales.
En el tercer título de la ordenanza, se detalla que toda persona natural o jurídica que ingrese con alimentos para uso directo de consumo humano a manera de asistencia humanitaria, deberá notificar previamente a la autoridad competente y a los beneficiarios acerca de posibles transgénicos, y la municipalidad decidirá si aceptan o rechazan este tipo de productos.
A la vez, se detalla que la municipalidad podrá realizar inspecciones para verificar si se está cumpliendo con la implementación de la ordenanza, y en el título cuatro promueven el uso de semillas criollas y acriolladas, y se menciona que las mismas serán declaradas como patrimonio municipal, por su valor productivo, social, natural y biológico.
La ordenanza también detalla sanciones que se impondrán a quienes la incumplan. Se despedirá a funcionarios de la municipalidad que cometan una infracción, y en caso de funcionarios del gobierno central, notificarán de lo mismo a las autoridades competentes. Se contemplan multas económicas, decomiso y destrucción de los transgénicos.
El gobierno municipal de Belén prohibió por medio de una ordenanza el uso de especies transgénicas en todo su territorio, “con el objetivo de proteger la biodiversidad biológica, la salud de los habitantes, la seguridad y soberanía alimentaria, identidad cultural, el medio ambiente, los sistemas productivos de los campesinos y especies animales y vegetales, que son potenciales víctimas de los efectos adversos de los transgénicos”, reza la ordenanza.
La unidad de gestión ambiental de la alcaldía será la encargada de aplicar y hacer cumplir la ordenanza, donde se detalla que sus funcionarios podrán auxiliarse de la autoridad judicial, la Policía Nacional y hasta podrá establecer coordinaciones con cooperativas, productores y asociaciones comunales.
En el tercer título de la ordenanza, se detalla que toda persona natural o jurídica que ingrese con alimentos para uso directo de consumo humano a manera de asistencia humanitaria, deberá notificar previamente a la autoridad competente y a los beneficiarios acerca de posibles transgénicos, y la municipalidad decidirá si aceptan o rechazan este tipo de productos.
A la vez, se detalla que la municipalidad podrá realizar inspecciones para verificar si se está cumpliendo con la implementación de la ordenanza, y en el título cuatro promueven el uso de semillas criollas y acriolladas, y se menciona que las mismas serán declaradas como patrimonio municipal, por su valor productivo, social, natural y biológico.
La ordenanza también detalla sanciones que se impondrán a quienes la incumplan. Se despedirá a funcionarios de la municipalidad que cometan una infracción, y en caso de funcionarios del gobierno central, notificarán de lo mismo a las autoridades competentes. Se contemplan multas económicas, decomiso y destrucción de los transgénicos.
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