Desde el exilio, las voces de la Resistencia en el documental “Quién dijo miedo. Honduras de un golpe”
por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
El golpe de Estado desencadenó múltiples reacciones y procesos de emancipación que estaban latentes en el pueblo hondureño. La protesta pacífica en las calles se sumó al trabajo de concientización y formación políticas.
Las voces se multiplicaron y buscaron nuevas formas de expresión para gritar su indignación ante la brutalidad golpista. El arte y la cultura se abrieron espacio entre el clamor popular, y están entre los componentes más originales e innovadores de esta época.
Katia Lara, documentalista hondureña, dejó su país en diciembre de 2009. Se fue al exilio en Argentina, donde en el pasado había estudiado su carrera universitaria. Ahora regresó allí en calidad de refugiada política.
Para ella, la vida en Honduras se había vuelto difícil. Amenazas, acoso y represión no solamente hacían peligrar su vida y las de su compañeros de tarea, sino también el largo y minucioso trabajo de documentación audiovisual iniciado la mañana misma del golpe.
Decenas de horas de grabaciones que denunciaban la barbarie golpista y mostraban la reacción de un pueblo que despertaba, y se enfrentaba pacíficamente a la violencia.
Para la documentalista hondureña, el exilio se transformó en ocasión para llevar a cabo este importante proyecto. Para seguir dando voz e imágines a los y las que el régimen hondureño pretende silenciar.
Un esfuerzo que dio a la luz el largometraje documental “Quién dijo miedo. Honduras de un golpe”.
Cooproducido por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) de Argentina, esa opera prima de Katia Lara fue estrenada en Buenos Aires ante una sala abarrotada de gente y de personalidades.
Ahora sigue en su gira por diferentes países y continentes, y en ocasión del primer aniversario del golpe será estrenada en Honduras. Aprovechando de su presencia en Nicaragua, Sirel conversó con ella.
-¿Cuándo maduraste la idea de hablar del golpe a través de las imágenes?
-Fue algo automático. Después del golpe comenzamos a filmar y denunciar todo lo que estaba ocurriendo. Transmitíamos las imágenes a través de un sitio en youtube.
Cuando nos dimos cuenta de que el golpe no se iba a revertir rápidamente decidimos comenzar a trabajar alrededor de un proyecto que, además de denunciar, hiciera un análisis más profundo de lo que estaba ocurriendo.
Había que hacer más y de manera más impactante. Fue así que surgió la idea de un largometraje documental.
-¿Cómo se desarrolla el documental?
-Tiene como hilo conductor la vida de René, un compañero que había participado como actor en la serie de ficción que promovía la IV Urna y que después del golpe se incorporó totalmente a la Resistencia.
A través de su vida y la de su hermano gemelo, Guillermo, presentamos todo lo que ha significado el golpe y la capacidad de reacción del pueblo hondureño, hasta la salida del presidente Manuel Zelaya para República Dominicana en enero de 2010.
-¿Cuál es el mensaje de este proyecto?
-Que en Honduras se abrió un proceso inédito. Que hay un movimiento de resistencia pacífica que supo enfrentarse a la represión de forma propositiva, que sigue trabajando y que hay que poner esta situación en el contexto de América Latina. Hay que estar alerta por lo que puede representar para todo el continente.
-¿Crees que enfrentarse de forma pacífica a la violencia y a la represión del régimen golpista haya sido una decisión acertada?
-Tenía que ser así. Muchas veces nos preguntamos hasta cuándo íbamos a aguantar esta violencia sin reaccionar de otra forma. No ha sido fácil, sin embargo no se pudo haber planteado de otra manera.
Hubiese sido un enfrentamiento muy desigual. Lo que hizo que la Resistencia gozara de credibilidad a nivel nacional e internacional fue el haberse mantenido con una actitud combativa, indomable, propositiva y, sobre todo, pacífica.
-¿Puede la cultura en sus múltiples expresiones ser un “anticuerpo” contra la barbarie?
-Ha sido un componente muy importante a lo largo de toda esta lucha pacífica. Nos constituimos como Artistas en Resistencia, movilizándonos, creando y trabajando mucho en la formación.
Somos artistas y militantes. A través de las fotografías, caricaturas, obras, cantos, videos y ahora este documental, logramos impactar, porque es un registro diferente del simple discurso.
Es más poderoso y forma parte de una forma nueva de pensar, más integradora, y el pueblo hondureño la está adquiriendo.
-¿Qué efectos “positivos” ha generado esta difícil situación del golpe?
-El golpe ha unido personas y organizaciones que estaban alejadas, que no trabajaban juntas. Ahora hay un proyecto común que es llegar a instalar una Asamblea Nacional Constituyente.
Despertamos en la búsqueda de unidad, proyectos comunes y organización. También en la conciencia de pertenecer a América Latina. Yo nunca me había sentido latinoamericana como en este último año.
La reacción de rechazo al golpe y de solidaridad con el pueblo hondureño a nivel continental y mundial nos ha conectado. Esta integración es algo nuevo, y Honduras ya no es un país desaparecido.
Ahora nos conocen como un pueblo que supo resistir, que sigue resistiendo y proponiendo a través de la participación ciudadana para refundar el país. Es un fenómeno nuevo y es irreversible.
El documental apunta justamente a eso: ser una herramienta valiosa para el análisis y para mostrar lo que pudo hacer el pueblo hondureño.
-Tuviste que abandonar tu país. ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles en estos seis meses?
-Ya durante el rodaje de la serie de ficción para promover la IV Urna hubo episodios de intimidación y amenazas, pero después del golpe las cosas fueron empeorando. Poco antes de las elecciones de noviembre 2009 la gente de la Resistencia me dijo que tenía que alejarme de Tegucigalpa, porque mi vida estaba en peligro. Finalmente decidí salir del país para poder terminar el montaje del documental.
Ha sido difícil, pero para mí lo más importante era terminar el trabajo. Si no hubiese sido por el documental nunca habría dejado mi país. Seguramente me iba a incorporar a otras actividades, arriesgando mi vida exactamente como lo hacen muchas otras personas.
-El 28 de junio se va a estrenar el documental en Honduras. ¿Cómo te imaginas tu regreso y esta fecha?
-Me la imagino como una gran celebración. Como el aniversario de la Revolución Sandinista. Estos momentos felices, históricos, inolvidables. Una gran fiesta que no van a poder reprimir.
Va a ser el inicio de una nueva etapa, de un nuevo proceso en el que vamos a reafirmar nuestro compromiso con una nueva Honduras. Para que toda esta acumulación de trabajo, todos estos muertos, tengan un sentido.
por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
El golpe de Estado desencadenó múltiples reacciones y procesos de emancipación que estaban latentes en el pueblo hondureño. La protesta pacífica en las calles se sumó al trabajo de concientización y formación políticas.
Las voces se multiplicaron y buscaron nuevas formas de expresión para gritar su indignación ante la brutalidad golpista. El arte y la cultura se abrieron espacio entre el clamor popular, y están entre los componentes más originales e innovadores de esta época.
Katia Lara, documentalista hondureña, dejó su país en diciembre de 2009. Se fue al exilio en Argentina, donde en el pasado había estudiado su carrera universitaria. Ahora regresó allí en calidad de refugiada política.
Para ella, la vida en Honduras se había vuelto difícil. Amenazas, acoso y represión no solamente hacían peligrar su vida y las de su compañeros de tarea, sino también el largo y minucioso trabajo de documentación audiovisual iniciado la mañana misma del golpe.
Decenas de horas de grabaciones que denunciaban la barbarie golpista y mostraban la reacción de un pueblo que despertaba, y se enfrentaba pacíficamente a la violencia.
Para la documentalista hondureña, el exilio se transformó en ocasión para llevar a cabo este importante proyecto. Para seguir dando voz e imágines a los y las que el régimen hondureño pretende silenciar.
Un esfuerzo que dio a la luz el largometraje documental “Quién dijo miedo. Honduras de un golpe”.
Cooproducido por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) de Argentina, esa opera prima de Katia Lara fue estrenada en Buenos Aires ante una sala abarrotada de gente y de personalidades.
Ahora sigue en su gira por diferentes países y continentes, y en ocasión del primer aniversario del golpe será estrenada en Honduras. Aprovechando de su presencia en Nicaragua, Sirel conversó con ella.
-¿Cuándo maduraste la idea de hablar del golpe a través de las imágenes?
-Fue algo automático. Después del golpe comenzamos a filmar y denunciar todo lo que estaba ocurriendo. Transmitíamos las imágenes a través de un sitio en youtube.
Cuando nos dimos cuenta de que el golpe no se iba a revertir rápidamente decidimos comenzar a trabajar alrededor de un proyecto que, además de denunciar, hiciera un análisis más profundo de lo que estaba ocurriendo.
Había que hacer más y de manera más impactante. Fue así que surgió la idea de un largometraje documental.
-¿Cómo se desarrolla el documental?
-Tiene como hilo conductor la vida de René, un compañero que había participado como actor en la serie de ficción que promovía la IV Urna y que después del golpe se incorporó totalmente a la Resistencia.
A través de su vida y la de su hermano gemelo, Guillermo, presentamos todo lo que ha significado el golpe y la capacidad de reacción del pueblo hondureño, hasta la salida del presidente Manuel Zelaya para República Dominicana en enero de 2010.
-¿Cuál es el mensaje de este proyecto?
-Que en Honduras se abrió un proceso inédito. Que hay un movimiento de resistencia pacífica que supo enfrentarse a la represión de forma propositiva, que sigue trabajando y que hay que poner esta situación en el contexto de América Latina. Hay que estar alerta por lo que puede representar para todo el continente.
-¿Crees que enfrentarse de forma pacífica a la violencia y a la represión del régimen golpista haya sido una decisión acertada?
-Tenía que ser así. Muchas veces nos preguntamos hasta cuándo íbamos a aguantar esta violencia sin reaccionar de otra forma. No ha sido fácil, sin embargo no se pudo haber planteado de otra manera.
Hubiese sido un enfrentamiento muy desigual. Lo que hizo que la Resistencia gozara de credibilidad a nivel nacional e internacional fue el haberse mantenido con una actitud combativa, indomable, propositiva y, sobre todo, pacífica.
-¿Puede la cultura en sus múltiples expresiones ser un “anticuerpo” contra la barbarie?
-Ha sido un componente muy importante a lo largo de toda esta lucha pacífica. Nos constituimos como Artistas en Resistencia, movilizándonos, creando y trabajando mucho en la formación.
Somos artistas y militantes. A través de las fotografías, caricaturas, obras, cantos, videos y ahora este documental, logramos impactar, porque es un registro diferente del simple discurso.
Es más poderoso y forma parte de una forma nueva de pensar, más integradora, y el pueblo hondureño la está adquiriendo.
-¿Qué efectos “positivos” ha generado esta difícil situación del golpe?
-El golpe ha unido personas y organizaciones que estaban alejadas, que no trabajaban juntas. Ahora hay un proyecto común que es llegar a instalar una Asamblea Nacional Constituyente.
Despertamos en la búsqueda de unidad, proyectos comunes y organización. También en la conciencia de pertenecer a América Latina. Yo nunca me había sentido latinoamericana como en este último año.
La reacción de rechazo al golpe y de solidaridad con el pueblo hondureño a nivel continental y mundial nos ha conectado. Esta integración es algo nuevo, y Honduras ya no es un país desaparecido.
Ahora nos conocen como un pueblo que supo resistir, que sigue resistiendo y proponiendo a través de la participación ciudadana para refundar el país. Es un fenómeno nuevo y es irreversible.
El documental apunta justamente a eso: ser una herramienta valiosa para el análisis y para mostrar lo que pudo hacer el pueblo hondureño.
-Tuviste que abandonar tu país. ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles en estos seis meses?
-Ya durante el rodaje de la serie de ficción para promover la IV Urna hubo episodios de intimidación y amenazas, pero después del golpe las cosas fueron empeorando. Poco antes de las elecciones de noviembre 2009 la gente de la Resistencia me dijo que tenía que alejarme de Tegucigalpa, porque mi vida estaba en peligro. Finalmente decidí salir del país para poder terminar el montaje del documental.
Ha sido difícil, pero para mí lo más importante era terminar el trabajo. Si no hubiese sido por el documental nunca habría dejado mi país. Seguramente me iba a incorporar a otras actividades, arriesgando mi vida exactamente como lo hacen muchas otras personas.
-El 28 de junio se va a estrenar el documental en Honduras. ¿Cómo te imaginas tu regreso y esta fecha?
-Me la imagino como una gran celebración. Como el aniversario de la Revolución Sandinista. Estos momentos felices, históricos, inolvidables. Una gran fiesta que no van a poder reprimir.
Va a ser el inicio de una nueva etapa, de un nuevo proceso en el que vamos a reafirmar nuestro compromiso con una nueva Honduras. Para que toda esta acumulación de trabajo, todos estos muertos, tengan un sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios que contienen vulgaridades o elementos de violencia verbal