POR JEAN-GUY ALLARD
Cuando se trata de Cuba y Venezuela, el Gobierno de los Estados Unidos consagra decenas de millones para financiar operaciones de injerencia y desestabilización, con la cobertura de su llamada Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), bajo el pretexto de los “derechos humanos”.
Cuando se trata del régimen ilegitimo de Honduras que contribuyó a instituir, destina fondos millonarios a la policía – esta misma que pretende ignorar quién mata a los periodistas.
Según informó este viernes 18 de junio el embajador estadounidense en esta nación, Hugo Llorens, la USAID desembolsará “unos 75 millones de dólares de fondos frescos para reactivar diversos proyectos y programas en Honduras” mientras se liberará “unos 20 millones” adicionales “para apoyar el sistema de seguridad” de este país donde un gobierno golpista se impuso en elecciones realizadas bajo la tutela de la policía y del ejercito.
La seguridad, en Honduras, se encuentra bajo el mando del ministro Oscar Álvarez, sobrino del general Gustavo Álvarez Martínez, ex jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, un ferviiente colaborador de John Dimitri Negroponte cuando este agente de la CIA y criminal de guerra era embajador en Tegucigalpa.
El diplomático insistió para disertar ante la prensa hondureña sobre “los proyectos de la USAID en Honduras que son muy fuertes” y luego de aquel preámbulo aparentemente humanitario, puntualizó que ha reactivado “de forma muy contundente" la colaboración con el Gobierno de Porfirio Lobo, “en los programas de seguridad” en las áreas “del narcotráfico, la lucha contra el crimen organizado y la violencia”.
"Allí tenemos como 20 millones de dólares que estamos en proceso de desembolsar en todas la áreas, antisecuestros, anti-gangas", afirmó este ex colaborador de Otto Reich sin hacer referencia a los escuadrones de la muerte y a los paramilitares que asesinaron desde principios del año a nueve representantes de la prensa.
Llorens que ahora actúa de procónsul en la nación centroamericana, manifestó que ve “un Gobierno con una voluntad para afrontar los flagelos del narcotráfico, los secuestros, el crimen organizado y la delincuencia que abaten a Honduras” sin señalar que los beneficiarios de los millones otorgados son estos mismos que sitiaban hace poco al presidente constitucional Manuel Rosales en la Embajada de Brazil.
El ministro de la Seguridad Álvarez ocupaba el mismo puesto en el 2004, en el gobierno de Ricardo Maduro, cuando el terrorista Luis Posada Carriles llegó al país centroamericano desde Panamá, y se “desapareció” cómodamente para encontrar durante varios meses un refugio seguro en casa de su socio mafioso Ralph Nodarse.
El embajador Hugo Llorens admitió en otra oportunidad haber participado en reuniones donde se discutieron los planes de golpe antes del secuestro del Presidente Zelaya el 28 de junio del año pasado. Se trata un cubanoamericano radicado e Miami, “especialista del terrorismo” quien fue director de Asuntos Andinos del Consejo Nacional de Seguridad en Washington cuando sucedió el golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez.
En Tegucigalpa, manejo el golpe “inteligente” que propició el Departamento de Estado de Hillary Clinton hasta legitimar un gobierno generado por los propios militares y empresarios golpistas.
Un noveno periodista hondureño ha sido asesinado este 15 de junio por desconocidos que le dispararon desde un vehículo en marcha en la ciudad de El Paraíso (sureste de Tegucigalpa). Luis Arturo Mondragón salía de transmitir su programa en el canal 19 durante el cual denunciaba a funcionarios locales.
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