Prensa latina
Las fuerzas políticas opositoras parecen más divididas que nunca en Nicaragua, mientras se multiplican los indicios de la injerencia de intereses extranjeros en el esfuerzo por impedir la continuidad del gobierno sandinista.
Las contradicciones entre el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), liderado por el ex presidente y ex reo por corrupción, Arnoldo Alemán, y el resto de las organizaciones que se oponen al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), son cada día más notorias y, por el momento, son pocas las señales de que se logre a corto plazo la ansiada unidad.
En medios políticos de esta capital se da por descontado que ninguna de las organizaciones opositoras tiene la más mínima posibilidad de éxito frente al FSLN si concurre por si sola a los comicios generales previstos para el próximo año.
El PLC efectuó el viernes una convención extraordinaria para reformar sus estatutos e incluir la obligatoriedad de celebrar elecciones primarias como vía de selección de sus cuadros de dirección y sus candidatos a cargos de elección popular, es decir, los aspirantes a diputados y presidente de la República.
Simultáneamente, el principal partido de la oposición continuó llamando a las restantes formaciones, principalmente a sus similares de corte liberal, a definir en primarias conjuntas el candidato que deberá enfrentar a los sandinistas en 2011.
Sin embargo, ese llamado ha encontrado hasta ahora muy poco eco, sobre todo en formaciones encabezadas por personajes con fuertes aspiraciones presidenciales, pero que se saben con escasas posibilidades de convertirse en el candidato único de la oposición en primarias donde también compita Alemán.
El controvertido ex presidente, quien incluso fue juzgado, condenado y encarcelado por los numerosos delitos cometidos durante el período en que encabezó el gobierno (1997-2002), conserva, sin embargo, el liderazgo absoluto de su partido, el de mejor estructura y mayor organización dentro del espectro oposicionista.
Tras las elecciones caribeñas del pasado 7 de marzo, el PLC arremetió contra el también liberal Eduardo Montealegre, líder del movimiento Vamos con Eduardo, y lo acusó de traición por haber concurrido separado a esos comicios y de haberle provocado, con esa acción, la pérdida de algunos curules en los parlamentos regionales.
Esta semana le tocó el turno a la llamada Unión Ciudadana por la Democracia (UCD), de origen poco claro, que en representación de la "Sociedad Civil" organizó ayer una denominada "marcha de las escobas" para "barrer la corrupción" y contra la reelección de los cargos en los principales poderes del Estado.
Tanto Alemán como el más importante representante del PLC en la Asamblea Nacional, Wilfredo Navarro, cuestionaron la representatividad de la UCD, que no está reconocida legalmente como organización política, y la acusaron de estar financiada por la embajada de Estados Unidos en Managua.
Los organizadores de la marcha esperaban la participación de unas 50 mil personas, pero el fracaso fue rotundo porque asistieron apenas entre 500 y dos mil, según la fuente, pese a que se asegura que pagaron 120 córdobas (cinco dólares) a cada participante.
Lo que cada día va tomando mayor certitud es que hay dinero estadounidense fluyendo hacia grupos y figuras de la oposición, mientras Eduardo Montealegre, para algunos el candidato favorito de Washington, anda por Europa coordinando sus futuras acciones con la Internacional Liberal.
Las fuerzas políticas opositoras parecen más divididas que nunca en Nicaragua, mientras se multiplican los indicios de la injerencia de intereses extranjeros en el esfuerzo por impedir la continuidad del gobierno sandinista.
Las contradicciones entre el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), liderado por el ex presidente y ex reo por corrupción, Arnoldo Alemán, y el resto de las organizaciones que se oponen al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), son cada día más notorias y, por el momento, son pocas las señales de que se logre a corto plazo la ansiada unidad.
En medios políticos de esta capital se da por descontado que ninguna de las organizaciones opositoras tiene la más mínima posibilidad de éxito frente al FSLN si concurre por si sola a los comicios generales previstos para el próximo año.
El PLC efectuó el viernes una convención extraordinaria para reformar sus estatutos e incluir la obligatoriedad de celebrar elecciones primarias como vía de selección de sus cuadros de dirección y sus candidatos a cargos de elección popular, es decir, los aspirantes a diputados y presidente de la República.
Simultáneamente, el principal partido de la oposición continuó llamando a las restantes formaciones, principalmente a sus similares de corte liberal, a definir en primarias conjuntas el candidato que deberá enfrentar a los sandinistas en 2011.
Sin embargo, ese llamado ha encontrado hasta ahora muy poco eco, sobre todo en formaciones encabezadas por personajes con fuertes aspiraciones presidenciales, pero que se saben con escasas posibilidades de convertirse en el candidato único de la oposición en primarias donde también compita Alemán.
El controvertido ex presidente, quien incluso fue juzgado, condenado y encarcelado por los numerosos delitos cometidos durante el período en que encabezó el gobierno (1997-2002), conserva, sin embargo, el liderazgo absoluto de su partido, el de mejor estructura y mayor organización dentro del espectro oposicionista.
Tras las elecciones caribeñas del pasado 7 de marzo, el PLC arremetió contra el también liberal Eduardo Montealegre, líder del movimiento Vamos con Eduardo, y lo acusó de traición por haber concurrido separado a esos comicios y de haberle provocado, con esa acción, la pérdida de algunos curules en los parlamentos regionales.
Esta semana le tocó el turno a la llamada Unión Ciudadana por la Democracia (UCD), de origen poco claro, que en representación de la "Sociedad Civil" organizó ayer una denominada "marcha de las escobas" para "barrer la corrupción" y contra la reelección de los cargos en los principales poderes del Estado.
Tanto Alemán como el más importante representante del PLC en la Asamblea Nacional, Wilfredo Navarro, cuestionaron la representatividad de la UCD, que no está reconocida legalmente como organización política, y la acusaron de estar financiada por la embajada de Estados Unidos en Managua.
Los organizadores de la marcha esperaban la participación de unas 50 mil personas, pero el fracaso fue rotundo porque asistieron apenas entre 500 y dos mil, según la fuente, pese a que se asegura que pagaron 120 córdobas (cinco dólares) a cada participante.
Lo que cada día va tomando mayor certitud es que hay dinero estadounidense fluyendo hacia grupos y figuras de la oposición, mientras Eduardo Montealegre, para algunos el candidato favorito de Washington, anda por Europa coordinando sus futuras acciones con la Internacional Liberal.
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