Con Patricia Rodas, canciller del gobierno de Zelaya
por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Han pasado 30 días desde el golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel Zelaya Rosales, y que desencadenó la resistencia popular.
Días en que los movimientos populares y las organizaciones sociales y sindicales se han reagrupado y reaccionado de manera contundente para restablecer el orden institucional.
La comunidad internacional ha condenado de manera firme el quiebre de la democracia. No obstante, en Honduras muchos se dicen insatisfechos por la falta de medidas contundentes contra el régimen de facto.
Para hacer un análisis más profundo de estos 30 días, Sirel conversó con la ministra de RREE de Honduras, Patricia Rodas.
-Se cumplen 30 días del golpe. ¿La comunidad internacional ha disminuido la presión contra el gobierno de facto?
-La presión se mantiene. Ningún país del mundo ha reconocido al régimen golpista, y es lo que se esperaba porque nadie quiere que el germen de la violencia de un golpe de Estado pase la frontera de nuestro país y contamine las demás naciones.
Lo que sí reclamamos, y lo hacemos con respeto, pero con vehemencia y firmeza al mismo tiempo, es que el pueblo estadounidense comprenda nuestras grandes necesidades y exija a su gobierno que realmente tome sanciones incuestionables contra los que han estado al frente del golpe, contra quienes lo pensaron, lo financiaron y lo ejecutaron.
Si Estados Unidos comenzara a retirarles la visa, congelar sus cuentas bancarias, si les impidiera la libre circulación por el mundo ya que a los criminales se les encierra, el golpe se revertiría en menos de 24 horas.
-¿Qué opina de las declaraciones del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y del Departamento de Estado, quienes han clasificado de “poco conveniente” el intento del presidente Zelaya de entrar al país?
-Quiero decirle a don Oscar Arias que en Costa Rica no hay recuerdos recientes de golpes de Estado. Nunca tuvo que ir con su pueblo a pedir refugio en otra nación, y tal vez no conoce qué es lo que se experimenta cuando te obligan a estar fuera de tu patria.
Nunca ha tenido que sufrir este flagelo inhumano y violatorio de los derechos humanos. Si lo hubiese vivido en carne propia, estoy segura de que no se expresaría de esta forma. Por otro lado, los y las que creemos en la democracia sabemos que los pueblos eligen Presidentes para que gobiernen y luchen, para defender nuestros derechos.
Si el presidente Zelaya no luchara y no intentara volver al territorio patrio, estaría faltando a uno de los deberes más importantes que el pueblo le ha encomendado al elegirlo: defender los derechos del pueblo hondureño.
-¿Se siguen violentando los derechos humanos en Honduras?
-La violación es constante. Se violenta el derecho a la vida, a la libre organización y circulación, Se violenta el derecho a la propiedad privada, el derecho a expresarse libremente, a comunicar y a opinar. En Honduras el golpe de Estado se dio porque no quieren que el pueblo opine. ¿Será que quieren que volvamos a la guerra? Cuando a un pueblo se le cierran las ventanas de la paz, se abren las puertas de la guerra, y eso es algo que no queremos. Deseamos regresar al orden democrático de forma pacífica.
-¿El presidente Manuel Zelaya quiere entonces recuperar su cargo a través de una acción directa?
-El presidente Zelaya quiere recuperar este derecho, y lo va a defender en la acción, porque no puede ser que no marche hacia su tierra para defender los derechos de todos los hondureños. Y con él va todo el pueblo, procurando el menor sufrimiento posible, porque tampoco se trata de incurrir en actos irresponsables.
Vamos a seguir marchando, llegando, entrando, hasta vencer. Confiamos en el pueblo porque de él dependerá la acción de un Presidente, y el pueblo está en acción. Es por eso que esta lucha se la vamos a dedicar a la nobleza de corazón de quienes dieron su vida a lo largo de todos estos días.
Ya tenemos siete muertos, siete personas que en mi tierra perdieron su vida sin necesidad, y solamente por la perversidad de quienes quieren seguir adueñándose de nuestras vidas y esperanzas.
-Las Fuerzas Armadas son un elemento fundamental en la resolución de este conflicto. ¿Qué opina al respecto?
-Los soldados de mi patria no quieren dispararle al pueblo, porque saben que es un crimen. Tampoco quieren obedecer las órdenes de una cúpula miliar que se asoció con los grupos de poder que toda la vida han matado de hambre a mi pueblo, y ahora tiemblan porque no les tenemos miedo.
-En estos días está llegando mucha gente que pasa la frontera por puntos ciegos. ¿Cuál es el objetivo de todo esto?
-La solución al conflicto es el retorno del presidente Zelaya a Honduras para que asuma nuevamente su cargo. Sin embargo, el gobierno de facto rechaza esta posibilidad y el pueblo ya no quiere estar alejado de su Presidente. El presidente Zelaya no puede acceder al territorio hondureño, pero puede llegar a su pueblo, porque es el mismo pueblo que lo está buscando. ¿Cómo parar esta marea? ¿Cómo decirles que no tienen derecho a ver a su Presidente? Este pueblo está defendiendo sus derechos con todo lo que tiene, asumiendo el sacrificio.
Está llegando por todos los puntos posibles que nos unen a la hermana República de Nicaragua. Caminan durante horas, rompiendo barreras y fronteras.
Ante todo esto, el Presidente no tiene más que obedecer al soberano poder del pueblo que lo está esperando, que lo va a resguardar y proteger, que le da la fuerza para seguir luchando.
por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Han pasado 30 días desde el golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel Zelaya Rosales, y que desencadenó la resistencia popular.
Días en que los movimientos populares y las organizaciones sociales y sindicales se han reagrupado y reaccionado de manera contundente para restablecer el orden institucional.
La comunidad internacional ha condenado de manera firme el quiebre de la democracia. No obstante, en Honduras muchos se dicen insatisfechos por la falta de medidas contundentes contra el régimen de facto.
Para hacer un análisis más profundo de estos 30 días, Sirel conversó con la ministra de RREE de Honduras, Patricia Rodas.
-Se cumplen 30 días del golpe. ¿La comunidad internacional ha disminuido la presión contra el gobierno de facto?
-La presión se mantiene. Ningún país del mundo ha reconocido al régimen golpista, y es lo que se esperaba porque nadie quiere que el germen de la violencia de un golpe de Estado pase la frontera de nuestro país y contamine las demás naciones.
Lo que sí reclamamos, y lo hacemos con respeto, pero con vehemencia y firmeza al mismo tiempo, es que el pueblo estadounidense comprenda nuestras grandes necesidades y exija a su gobierno que realmente tome sanciones incuestionables contra los que han estado al frente del golpe, contra quienes lo pensaron, lo financiaron y lo ejecutaron.
Si Estados Unidos comenzara a retirarles la visa, congelar sus cuentas bancarias, si les impidiera la libre circulación por el mundo ya que a los criminales se les encierra, el golpe se revertiría en menos de 24 horas.
-¿Qué opina de las declaraciones del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y del Departamento de Estado, quienes han clasificado de “poco conveniente” el intento del presidente Zelaya de entrar al país?
-Quiero decirle a don Oscar Arias que en Costa Rica no hay recuerdos recientes de golpes de Estado. Nunca tuvo que ir con su pueblo a pedir refugio en otra nación, y tal vez no conoce qué es lo que se experimenta cuando te obligan a estar fuera de tu patria.
Nunca ha tenido que sufrir este flagelo inhumano y violatorio de los derechos humanos. Si lo hubiese vivido en carne propia, estoy segura de que no se expresaría de esta forma. Por otro lado, los y las que creemos en la democracia sabemos que los pueblos eligen Presidentes para que gobiernen y luchen, para defender nuestros derechos.
Si el presidente Zelaya no luchara y no intentara volver al territorio patrio, estaría faltando a uno de los deberes más importantes que el pueblo le ha encomendado al elegirlo: defender los derechos del pueblo hondureño.
-¿Se siguen violentando los derechos humanos en Honduras?
-La violación es constante. Se violenta el derecho a la vida, a la libre organización y circulación, Se violenta el derecho a la propiedad privada, el derecho a expresarse libremente, a comunicar y a opinar. En Honduras el golpe de Estado se dio porque no quieren que el pueblo opine. ¿Será que quieren que volvamos a la guerra? Cuando a un pueblo se le cierran las ventanas de la paz, se abren las puertas de la guerra, y eso es algo que no queremos. Deseamos regresar al orden democrático de forma pacífica.
-¿El presidente Manuel Zelaya quiere entonces recuperar su cargo a través de una acción directa?
-El presidente Zelaya quiere recuperar este derecho, y lo va a defender en la acción, porque no puede ser que no marche hacia su tierra para defender los derechos de todos los hondureños. Y con él va todo el pueblo, procurando el menor sufrimiento posible, porque tampoco se trata de incurrir en actos irresponsables.
Vamos a seguir marchando, llegando, entrando, hasta vencer. Confiamos en el pueblo porque de él dependerá la acción de un Presidente, y el pueblo está en acción. Es por eso que esta lucha se la vamos a dedicar a la nobleza de corazón de quienes dieron su vida a lo largo de todos estos días.
Ya tenemos siete muertos, siete personas que en mi tierra perdieron su vida sin necesidad, y solamente por la perversidad de quienes quieren seguir adueñándose de nuestras vidas y esperanzas.
-Las Fuerzas Armadas son un elemento fundamental en la resolución de este conflicto. ¿Qué opina al respecto?
-Los soldados de mi patria no quieren dispararle al pueblo, porque saben que es un crimen. Tampoco quieren obedecer las órdenes de una cúpula miliar que se asoció con los grupos de poder que toda la vida han matado de hambre a mi pueblo, y ahora tiemblan porque no les tenemos miedo.
-En estos días está llegando mucha gente que pasa la frontera por puntos ciegos. ¿Cuál es el objetivo de todo esto?
-La solución al conflicto es el retorno del presidente Zelaya a Honduras para que asuma nuevamente su cargo. Sin embargo, el gobierno de facto rechaza esta posibilidad y el pueblo ya no quiere estar alejado de su Presidente. El presidente Zelaya no puede acceder al territorio hondureño, pero puede llegar a su pueblo, porque es el mismo pueblo que lo está buscando. ¿Cómo parar esta marea? ¿Cómo decirles que no tienen derecho a ver a su Presidente? Este pueblo está defendiendo sus derechos con todo lo que tiene, asumiendo el sacrificio.
Está llegando por todos los puntos posibles que nos unen a la hermana República de Nicaragua. Caminan durante horas, rompiendo barreras y fronteras.
Ante todo esto, el Presidente no tiene más que obedecer al soberano poder del pueblo que lo está esperando, que lo va a resguardar y proteger, que le da la fuerza para seguir luchando.
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