por Giorgio Trucchi
Lista Informativa "Nicaragua y más"
Nicaragua ha sido la anfitriona del I encuentro centroamericano de mujeres sindicalistas, actividad organizada por la Federación sindical mundial, Fsm, la Federación de Profesionales Docentes de la Educación Superior de Nicaragua, Fepdes-Atd, y el Frente nacional de los trabajadores, Fnt.
Como explicó Marta Martínez Navarro, asesora de la Fsm en las Américas, a la Lista Informativa "Nicaragua y más", "Esta actividad ha sido convocada como parte de los esfuerzos que viene haciendo la Fsm en un ámbito que consideramos prioritario, que es la defensa de los derechos de la mujer para poder tener un espacio en las luchas sociales y políticas en la región centroamericana.
Con este evento -continuó Martínez- culmina un proceso que se inició a mediados del año 2008, en el cual, con la colaboración de la Asociación servicios de promoción laboral, Aseprola, realizamos una investigación en Centroamérica con la finalidad de diagnosticar el nivel de cumplimiento de los derechos laborales de las mujeres y de qué manera la mujer centroamericana estaba participando en los espacios políticos y económicos, y en las transformaciones sociales".
La investigación de Aseprola arrojó un resultado desfavorable para las mujeres centroamericanas. Dos fueron los temas principales desarrollados en el marco del estado de los derechos de las trabajadoras: los derechos laborales violentados con mayor frecuencia y la efectividad de los mecanismos de tutela y regulación de los derechos por parte de los Estados.
Entre los derechos laborales violentado con mayor frecuencia destacan en toda la región los despidos sin responsabilidad laboral, el no pago de horas extra, días feriados y del salario mínimo, el irrespeto a las libertades sindicales, el manejo por parte de las empresas de listas discriminatorias (listas negras), negar los permisos sindicales a las personas, no tener acceso al sistema de salud, acoso sexual en el trabajo, discriminación salarial entre hombres y mujeres, discriminación en la contratación por razones de sexo, edad y apariencia física, mal funcionamiento o inexistencia de guarderías y condiciones insalubres de trabajo.
En casi todos los países centroamericanos, estas situaciones de violación a los derechos laborales de la mujer involucran principalmente a las empresas maquiladoras, destacando la investigación una tendencia "a violentar recurrentemente los derechos de las trabajadoras".
Según Omar Salazar, miembro de Aseprola, "Hemos recogido y analizado mucho material para realizar este diagnóstico, y un elemento que prevalece es que existe una gran cantidad de material para generar conocimiento sobre el tema y que se han hecho muchos esfuerzos y acciones, pero ambos elementos están desarticulados y dispersos, y eso dificulta la creación de una agenda regional de las mujeres sindicalistas centroamericanas.
Hay elementos ideológicos y políticos que dificultan la elaboración de una agenda común y lo que se va a tratar de hacer es ver como articular todos estos elementos buscando una coincidencia, es decir cómo se va a integrar a esa agenda común el tema de la mujer, tanto sus necesidades estrategicas como su participación efectiva en los sindicatos.
También -continuó Salazar- cómo todo esto se traslada a acciones concretas, por ejemplo, a una convención colectiva, y cómo hacer para que en esta convención colectiva queden claúsulas claras y defendibles, no para las mujeres, sino por el sindicato, entendiendo el sindicato como un todo entre hombres y mujeres.
Lo que queremos es que las mujeres tengan la presencia y el poder necesario, y que los sindicatos ya no entiendan que ésto es un tema de la mujer, sino que es un tema de la población trabajadora que está conformada por hombres y mujeres. Creemos que en los sindicatos se necesita una mayor profundización del estudio del tema y buscar mayores avances en conciliar el derecho y las necesidades de las mujeres dentro del sindicato mismo, buscando al mismo tiempo una articulación a nivel regional con otras organizaciones que no necesariamente son sindicatos", concluyó el miembro de Aseprola.
Según datos que arrojó el estudio de Aseprola se evidencia como en los países centroamericanos la mujer se encuentra relegada a la base o en puestos de bajo perfil al interior de los sindicatos. Su incorporación en los espacios de dirigencia sindical es obstaculizado por una serie de elementos, tal como la sobrecarga de tareas en su familia, lo cual conlleva una doble o triple jornada laboral, menor acceso a capacitación, una tradición masculina en los sindicatos que no retoma las necesidades de las mujeres y hace ver su incorporación a la organización como algo innecesario, o como competencia indeseada para los hombres.
Otros datos evidencian la tradición machista de la estructura sindical y la falta de campañas de afiliación de las mujeres.
"En esta actividad que reune a mujeres de toda la región vamos a tomar posición en relación a los métodos de lucha que debe usar la mujer trabajadora, para reivindicar sus derechos y los espacios que le corresponde ocupar en la sociedad -explicó Marta Martínez-.
Creo que en el mundo entero existe consenso sobre el hecho de que la mujer está en constante desventaja ante el hombre. Al mismo tiempo -continuó la asesora de la Fsm en las Américas- existen también otras visiones, como por ejemplo que la lucha para los derechos de la mujer es una lucha contra el hombre, o la visión de quienes pretenden solucionar esa problemática aplicando reformas, desarrollando programas o entregando subsidios.
Estas visiones no logran llegar al fondo del problema, y nuestra posición es que, en su esencia, la desigualdad que subyace entre hombre y mujer está fuertemente vinculada a la desigualdad que origina el sistema capitalista. La decisión que vamos a tomar en este primer encuentro de las mujeres sindicalistas de Centroamérica es que la lucha de la mujer por sus derechos es la lucha de la mujer, junto al hombre, contra el sistema capitalista y la desigualdad que genera", concluyó Martínez.
Como explicó Marta Martínez Navarro, asesora de la Fsm en las Américas, a la Lista Informativa "Nicaragua y más", "Esta actividad ha sido convocada como parte de los esfuerzos que viene haciendo la Fsm en un ámbito que consideramos prioritario, que es la defensa de los derechos de la mujer para poder tener un espacio en las luchas sociales y políticas en la región centroamericana.
Con este evento -continuó Martínez- culmina un proceso que se inició a mediados del año 2008, en el cual, con la colaboración de la Asociación servicios de promoción laboral, Aseprola, realizamos una investigación en Centroamérica con la finalidad de diagnosticar el nivel de cumplimiento de los derechos laborales de las mujeres y de qué manera la mujer centroamericana estaba participando en los espacios políticos y económicos, y en las transformaciones sociales".
La investigación de Aseprola arrojó un resultado desfavorable para las mujeres centroamericanas. Dos fueron los temas principales desarrollados en el marco del estado de los derechos de las trabajadoras: los derechos laborales violentados con mayor frecuencia y la efectividad de los mecanismos de tutela y regulación de los derechos por parte de los Estados.
Entre los derechos laborales violentado con mayor frecuencia destacan en toda la región los despidos sin responsabilidad laboral, el no pago de horas extra, días feriados y del salario mínimo, el irrespeto a las libertades sindicales, el manejo por parte de las empresas de listas discriminatorias (listas negras), negar los permisos sindicales a las personas, no tener acceso al sistema de salud, acoso sexual en el trabajo, discriminación salarial entre hombres y mujeres, discriminación en la contratación por razones de sexo, edad y apariencia física, mal funcionamiento o inexistencia de guarderías y condiciones insalubres de trabajo.
En casi todos los países centroamericanos, estas situaciones de violación a los derechos laborales de la mujer involucran principalmente a las empresas maquiladoras, destacando la investigación una tendencia "a violentar recurrentemente los derechos de las trabajadoras".
Según Omar Salazar, miembro de Aseprola, "Hemos recogido y analizado mucho material para realizar este diagnóstico, y un elemento que prevalece es que existe una gran cantidad de material para generar conocimiento sobre el tema y que se han hecho muchos esfuerzos y acciones, pero ambos elementos están desarticulados y dispersos, y eso dificulta la creación de una agenda regional de las mujeres sindicalistas centroamericanas.
Hay elementos ideológicos y políticos que dificultan la elaboración de una agenda común y lo que se va a tratar de hacer es ver como articular todos estos elementos buscando una coincidencia, es decir cómo se va a integrar a esa agenda común el tema de la mujer, tanto sus necesidades estrategicas como su participación efectiva en los sindicatos.
También -continuó Salazar- cómo todo esto se traslada a acciones concretas, por ejemplo, a una convención colectiva, y cómo hacer para que en esta convención colectiva queden claúsulas claras y defendibles, no para las mujeres, sino por el sindicato, entendiendo el sindicato como un todo entre hombres y mujeres.
Lo que queremos es que las mujeres tengan la presencia y el poder necesario, y que los sindicatos ya no entiendan que ésto es un tema de la mujer, sino que es un tema de la población trabajadora que está conformada por hombres y mujeres. Creemos que en los sindicatos se necesita una mayor profundización del estudio del tema y buscar mayores avances en conciliar el derecho y las necesidades de las mujeres dentro del sindicato mismo, buscando al mismo tiempo una articulación a nivel regional con otras organizaciones que no necesariamente son sindicatos", concluyó el miembro de Aseprola.
Según datos que arrojó el estudio de Aseprola se evidencia como en los países centroamericanos la mujer se encuentra relegada a la base o en puestos de bajo perfil al interior de los sindicatos. Su incorporación en los espacios de dirigencia sindical es obstaculizado por una serie de elementos, tal como la sobrecarga de tareas en su familia, lo cual conlleva una doble o triple jornada laboral, menor acceso a capacitación, una tradición masculina en los sindicatos que no retoma las necesidades de las mujeres y hace ver su incorporación a la organización como algo innecesario, o como competencia indeseada para los hombres.
Otros datos evidencian la tradición machista de la estructura sindical y la falta de campañas de afiliación de las mujeres.
"En esta actividad que reune a mujeres de toda la región vamos a tomar posición en relación a los métodos de lucha que debe usar la mujer trabajadora, para reivindicar sus derechos y los espacios que le corresponde ocupar en la sociedad -explicó Marta Martínez-.
Creo que en el mundo entero existe consenso sobre el hecho de que la mujer está en constante desventaja ante el hombre. Al mismo tiempo -continuó la asesora de la Fsm en las Américas- existen también otras visiones, como por ejemplo que la lucha para los derechos de la mujer es una lucha contra el hombre, o la visión de quienes pretenden solucionar esa problemática aplicando reformas, desarrollando programas o entregando subsidios.
Estas visiones no logran llegar al fondo del problema, y nuestra posición es que, en su esencia, la desigualdad que subyace entre hombre y mujer está fuertemente vinculada a la desigualdad que origina el sistema capitalista. La decisión que vamos a tomar en este primer encuentro de las mujeres sindicalistas de Centroamérica es que la lucha de la mujer por sus derechos es la lucha de la mujer, junto al hombre, contra el sistema capitalista y la desigualdad que genera", concluyó Martínez.
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