Reacción ante la campaña de respaldo a la ANAIRC
por Rel-UITA
El pasado viernes 29 de mayo unos 1.500 trabajadores y trabajadoras de la Nicaragua Sugar Estates Ltd (NSEL), Compañía Licorera de Nicaragua SA (CLNSA) y del Ingenio San Antonio, empresas que integran el Grupo Pellas, fueron llevados a Managua para respaldar a las empresas para las que trabajan.
Tres centrales sindicales -CUS, CUSA y CST- apoyaron el esfuerzo del Grupo Pellas para aparentar tener un fuerte respaldo de sus trabajadores ante la lucha de la Asociación Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC), que desde hace casi tres meses se ha movilizado para lograr una indemnización por las afectaciones a la salud de sus afiliados.
En un intento extremo de sembrar el miedo entre sus trabajadores, las empresas del Grupo Pellas dirigieron sus baterías contra la campaña internacional a favor de la ANAIRC, aduciendo que podría provocar despidos masivos y cierre de las empresas, dibujando un escenario de catástrofe nacional que, lamentablemente, parece apuntar a enfrentar a sectores de trabajadores activos con ex trabajadores organizados afectados por IRC.
Dividir a los obreros para que se confronten entre ellos es una de las estrategias que históricamente ha usado las empresas privadas nacionales y transnacionales en todo el mundo, y es lamentable ver cómo algunas centrales sindicales parecen estar prestándose a esta maniobra de la patronal.
Para Marcial Cabrera, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores de la Alimentación, Agroindustria, Turismo, Servicio/Comercio y Conexos de Nicaragua (FUTATSCON), “Estas centrales sindicales han salido a nivel internacional respaldando a las empresas del Grupo Pellas; es una clara manipulación de estos dirigentes para que los trabajadores crean que está en peligro su puesto de trabajo.
Me parece –continuó Cabrera– que es una actitud vergonzosa. No puede ser que estas centrales salgan respaldando abiertamente al grupo empresarial más poderoso de Nicaragua, cuando hay miles de ex trabajadores que han muerto por la IRC.
Incluso el ex secretario general del Sindicato ‘Salomón Borrel Pérez’, de la CLNSA, afiliado a la CST-JBE, murió por la IRC, y es por eso que vamos a intervenir, para hablar con estos compañeros para que no sigan permitiendo que se les manipule. Es el momento para que los trabajadores abran sus ojos y vean qué hacer con estos líderes”.
Para Marcial Cabrera, la movilización del pasado viernes 29 demuestra la desesperación de las empresas del Grupo Pellas, “a tal punto que ahora el señor Carlos Pellas quiere presentarse como el abanderado de la problemática de los ex trabajadores afectados por la IRC, y hasta quiere construir un hospital especializado en nefrología. Pero, ¿por qué no quiso sentarse a escuchar las demandas de la ANAIRC? Aquí estamos ante una doble moral, una gran mentira y una manipulación del señor Pellas para desviar la atención del problema de fondo: dar respuesta a los afiliados de la ANAIRC que están reclamando por sus derechos”, aseveró el secretario general de la FUTATSCON.
Cabrera lamentó también el hecho de que, hasta el momento, ninguna central o confederación sindical nacional se haya expresado públicamente a favor de la lucha de la ANAIRC. “Es muy lamentable, y en los próximos días la CST-JBE va a sacar un pronunciamiento de respaldo”, concluyó.
Todo un show
El show montado por las empresas del Grupo Pellas tuvo como escenario el Ministerio del Trabajo, donde los dirigentes sindicales pidieron a la encargada de esta cartera, licenciada Jeannette Chávez, la conformación de una mesa intersectorial, en la que participarían el gobierno, los sindicatos, las empresas, los grupos de afectados y las organizaciones de la sociedad civil que se han interesado al caso, para garantizar la estabilidad laboral, buscar una salida a la problemática de la IRC e investigar a fondo las causas de esa enfermedad que está diezmando la región occidental de Nicaragua.
Según Denis Meléndez, miembro del CISAS, una de las pocas organizaciones que a nivel nacional está respaldando la movilización de la ANAIRC, “Es lamentable ver cómo estos dirigentes sindicales se pusieron al lado de una de las empresas más fuertes de Nicaragua, y cómo en ningún momento hicieron referencia a las miles de personas que han fallecido por IRC.
Es cierto –continuó Meléndez– que desfilaron unas 1.500 personas, no obstante no pudieron hacer lo mismo para defender sus derechos las miles de personas que ya han fallecido y las que están enfermas en Chichigalpa, que son muchas más”.
Las decenas de buses repletos de trabajadores y trabajadoras se movilizaron después hacia el Edificio Pellas, donde el propio presidente del grupo, Carlos Pellas, junto con el gerente general del Comité Nacional de Productores de Azúcar (CNPA), Mario Amador, atendieron a las delegaciones sindicales que habían llegado en apoyo a las empresas.
En sus declaraciones reproducidas por medios nacionales, el presidente del Grupo Pellas declaró que sus empresas van a luchar “por la imagen de la compañía y la protección del empleo.
Nos comprometimos, tanto ellos (los dirigentes sindicales) como nosotros, a luchar por la estabilidad laboral, a luchar por la imagen de nuestra compañía, porque al final del día es de todos. Tanto los trabajadores como nosotros tenemos un enorme orgullo de lo que hemos construido, durante estos 100 años, y no vamos a permitir que grupitos con intereses comerciales, o con otros tipos de intereses, vengan a destruir eso que se ha construido con tanto tiempo”, declaró, informando al mismo tiempo estar abierto a apoyar una investigación, en la que participe el gobierno, para precisar de manera objetiva y científica las causas de la insuficiencia renal crónica.
“El principal planteamiento que se hizo fue hacer un estudio sobre las causas de la IRC –continuó el responsable de Incidencia del CISAS–. Una vez que la Asamblea Nacional aprobó la Ley 456 que reconoce la IRC como enfermedad profesional, prácticamente ya no hay nada que discutir ni investigar.
La IRC en Nicaragua es una enfermedad profesional, y lo único que cabe ahora es que las empresas que han causado daño a miles de ex trabajadores azucareros y sus familias respondan parcialmente por ellos.
Y subrayo ‘parcialmente’, porque la vida y los daños a la salud de las personas no hay compensación alguna que los pueda reparar.
Además, no podemos olvidar que la IRC está claramente vinculada a la industria azucarera y al uso intensivo de agrotóxicos sintéticos, y esto claramente nadie lo mencionó en las declaraciones brindadas el pasado viernes”, concluyó Meléndez.
“No nos sorprendió, ni nos asustó”
Para los dirigentes de la ANAIRC la movilización del viernes no fue una sorpresa.
“No nos sorprendió la actitud de los dirigentes sindicales, porque siempre hemos dicho que en las empresas del Grupo Pellas no hay verdaderos sindicatos, sino organizaciones que defienden a las empresas y no a la clase trabajadora –declaró a Sirel la presidenta de la ANAIRC, Carmen Ríos–.
Es una costumbre de la empresa pagar a los trabajadores para que se movilicen. Suspendieron el trabajo y le pagaron el día, más el alimento. Si no hubiese sido de esta manera casi nadie iba a venir a Managua.
Ojalá que lo que pasó el viernes –continuó Ríos– sirva a los trabajadores activos para darse cuenta de cómo los manipularon y de cómo nuestra organización tuvo el valor de denunciar lo que ha ocurrido en estas empresas.
A nosotros nadie nos paga para movilizarnos. Estamos aquí con sacrificio, aguantando de todo para defender nuestros derechos, y le decimos al señor Carlos Pellas que es tiempo de que comience a pensar y a actuar con el cerebro y el corazón, y no con el hígado.
Hay una ley de la República –recordó Ríos– que define la IRC como una enfermedad profesional, así que lo que pedimos es una indemnización, término que al señor Pellas se le olvidó mencionar, tratando de convencer a la opinión pública de que es suficiente la ayuda humanitaria.
No es plata la que vamos buscando, tal como lo dijo Carlos Pellas en sus declaraciones, sino que nos indemnice por las daños ocasionados a nuestra salud, porque nos debe la vida, y no tenemos miedo. Vamos a seguir hasta las últimas consecuencias”, concluyó la presidenta de la ANAIRC
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