Varias Agencias (Radio La Primerísima)
El periodista Mauricio Funes es el nuevo presidente de El Salvador y su vicepresidente será el legendario comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, un maestro de 64 años, conocido como Leonel González, el único dirigente histórico de la antigua comandancia general guerrillera.
"Soy el presidente electo de los salvadoreños", declaró Funes durante una rueda de prensa en un hotel del oeste capitalino. "Esta noche debe tener el mismo sentimiento de esperanza y reconciliación que hizo posible los acuerdos de paz. Hoy hemos firmado un nuevo acuerdo de paz, de reconciliación del país consigo mismo. Por esta razón, invito desde este momento a las diferentes fuerzas sociales y políticas a que construyamos juntos el futuro. No me cabe ninguna duda que este día ha triunfado la ciudadanía que creyó en la esperanza y venció el miedo. Esta es una victoria de todo el pueblo salvadoreño", agregó.
"Quiero agradecer a todos los que votaron por mí, a todos los que vencieron el miedo, a todos los que prefirieron el camino de la esperanza y apostaron por el cambio y la esperanza y apostaron por un nuevo El Salvador. El respaldo ha demostrado al mundo entero que El Salvador está preparado para la alternancia", manifestó.
Con el 92.03% de las actas escrutadas, Funes obtenía 1 millón 250 mil 521 votos que representan el 51.28%, mientras que Ávila acumulaba 1 millón 188 mil 168 votos, equivalente al 48.72%. El total de votos con ese porcentaje escrutado era de 2 millones 458 mil 357, pero de ellos fueron impugnados 2 mil 426; se abstuvieron mil 914 y fueron 15,328 los votos nulos.
El total de votos válidos con ese porcentaje fue de 2 millones 438 mil 689.
Ávila reconoce su derrota
Casi cuatro horas después de que el FMLN se autoproclamó ganador, el presidente del partido Arena y candidato presidencial, Rodrigo Avila, reconoció la victoria de su rival.
"Quiero reconocerle a Mauricio Funes, del FMLN, que en esta lucha cerrada el margen de diferencia le ha dado la ventaja y le pido a Dios y que así como le dio sabiduria al pueblo salvadoreño se la dé a su partido", dijo Ávila tras reconocer que esta elección ha sido la "más dura" que ha enfrentado Arena.
"Hoy en este momento es cuando los areneros de todos los tiempos, los areneros de todas las épocas, los areneros de todos los rincones del país hemos dado el ejemplo de lo que es aceptar la voluntad del pueblo en una elección muy reñida", declaró Ávila.
También describió el futuro de su partido: "hemos sido y seremos una oposición constructiva, una oposición vigilante de que en nuestro país no se pierda el sistema de libertades".
Avila estuvo flanqueado por el presidente saliente, Antonio Saca, y sus predecesores en el cargo, Alfredo Cristiani (1989-1994), Armando Calderón (1994-1999) y Francisco Flores (1999-2004) en la tribuna ubicada frente a la sede del partido, en el centro-oeste de la capital, donde abundaban las caras largas de la decepción.
Mientras Avila hablaba, la militancia de Arena coreba su himno con frases como "patria sí, comunismo no" y "El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán".
Ahora, el futuro
"Esta es la noche más feliz de mi vida", confesó Funes ante decenas de periodistas salvadoreños y extranjeros que le rodeaban. "Y espero que sea también la noche de la más grande esperanza para El Salvador. Agradezco a Dios, porque sin su ayuda no estaría aquí, a todos los que vencieron el miedo y que demostraron que El Salvador estaba preparado para la alternancia", continuó.
Funes dijo que trabajará por los pobres, y pidió la unión de sus compatriotas para hacer que el país sea "para todos". Evocó el ejemplo del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, asesinado por el fundador de ARENA en 1980, en el altar de la catedral de San Salvador, un día después de pedir a los soldados que dejaran de matar. "Monseñor Romero dijo que la Iglesia tenía una opción preferencial con los pobres. Eso haré yo. Favorecer a los pobres y a los excluidos", prometió.
"Nadie puede tomar la patria como bien propio. El Salvador nos pertenece a todos", recalcó. "Quiero ser el presidente de la justicia social y del cambio seguro... Es hora de avanzar hacia el futuro y dejar atrás las venganzas del pasado".
"Deseo una política exterior independiente. Quiero la integración centroamericana y el fortalecimiento de la relación con Estados Unidos", agregó.
"Quiero ofrecer al presidente (Elías) Saca todo mi apoyo para que él concluya bien los últimos meses de su gobierno. Prometo respetar hasta el último día la autoridad de nuestro presidente y de su equipo", agregó.
Es hora de avanzar hacia el futuro y de dejar atrás las venganzas, exclamó el flamante presidente electo. "Trabajaré incansablemente por las libertades, la libertad de expresión y de culto. El regimen económico, la propiedad privada y la seguridad jurídica serán respetados y tendrán una atención especial", aseguró.
"Respetaré todas las instituciones democráticas" dijo. "Saludo a mis adversarios con respeto y les externo mi disposición al intercambio permanente de ideas. En este momento ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) pasa a la oposición y en ese carácter como partido de oposición, debe tener la seguridad que será respetada y escuchada", aseguró Funes.
El ganador por el FMLN dijo que trabajará por favorecer de manera preferencial a los pobres y excluidos. "Nuestro propósito es la de hacer de El Salvador la economía más prospera y dinámica de Centroamérica", tras comprometer a apoyar la integración centroamericana. Hablo de la Iglesia y de su respeto por aquella que tiene preocupación por la llamada opción por los pobres.
"Mi elección como presidente de la República ocurre en un momento excepcional. Ocurre en medio de una grave crisis nacional e internacional, la cual sólo se puede enfrentar con la unidad nacional y con la implementación de política integrales", tras poner énfasis en que propiciará de todas maneras la gobernabilidad democrática.
Dijo que por primera vez la izquierda llega a la Presidencia de El Salvador "En ese sentido le daremos un nuevo sesgo a mi gobierno. Si la alternancia es histórica, también mi gestión. Dejaré atrás la intolerancia y la exclusión. Ofreceremos la tolerancia democrática", afirmó tras subrayar que "esta patria nos pertenece a todos. El Salvador nos pertenece a todos".
Sueño cumplido
Con esta victoria, que era esperada por los salvadoreños, se cumple el sueño de llevar los cambios que urge el país y de la alternancia tras 20 años de gobiernos consecutivos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
El ex presentador de televisión abrazó la bandera del izquierdista FMLN para hacer posible el sueño de llegar a la Presidencia del país y terminar con 20 años consecutivos de gobierno de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Desde que su candidatura fue anunciada por el FMLN en septiembre de 2007, las encuestas de opinión siempre le dieron una amplia ventaja sobre su único adversario de la gobernante Arena, Rodrigo Avila, aunque en recientes sondeos el oficialismo se le acercó.
Funes nació el 18 de octubre de 1959 en San Salvador, donde aún viven sus padres, está casado con la diplomática brasileña, Vanda Pignato.
Logró aglutinar multitudes en todos los lugares del país que recorrió desde hace 16 meses, como nunca se había visto en la historia reciente. Las multitudes querían tocarle la mano, mirarlo de cerca y obtener un autógrafo, algo que no se daba desde los años 70, cuando el fallecido líder demócrata, José Napoleón Duarte, despertó esa pasión y la elección le fue robada por el partido de los militares.
La popularidad de Funes no es casual, pues en 21 años de ejercicio periodístico, que incluyó la cobertura de la guerra interna (1980-1992) se ganó el corazón de la gente con sus críticas entrevistas, que incomodaron a presidentes y funcionarios de la Arena.
En sus entrevistas matutinas de los últimos años, los televidentes lo invitaban a buscar la Presidencia, por lo que su anuncio de retirarse del periodismo el 28 de septiembre de 2007 causó alegría y esperanza en muchos sectores y puso a temblar al oficialismo.
Las encuestas lo ubican como la persona más popular del país, por encima del presidente Antonio Saca, y es admirado por la población por su honestidad, capacidad e inteligencia, buen trabajador y por sus principios bien fundamentados e incorruptibles.
De cuna humilde y de una familia de tres hermanos, uno de ellos fallecido durante el conflicto armado interno, fue corresponsal de la cadena de televisión CNN en español desde 2001 hasta septiembre de 2007.
Analistas políticos coinciden en que la admiración que despierta Funes descansa en que no tiene qué ver con el político tradicional y desgastado, por lo que inspira frescura y cambio, en un país gobernando por una derecha que rechaza la alternancia.
De hecho, en todos los mítines y reuniones públicas que hizo, nunca vistió de rojo, el color símbolo del FMLN y tras las interrogantes de la prensa al respecto, Funes respondió que "el rojo lo lleva en su corazón".
Durante los cuatro meses de campaña, Funes y su compañero de fórmula, el ex jefe guerrillero Salvador Sánchez Cerén, así como la dirigencia del FMLN, enfrentaron una "campaña sucia" de su contrincante, que trató de evitar que la izquierda llegara al poder.
La Arena enfiló su millonaria campaña para decirle a la población que si Funes ganaba no sería él quien gobernaría sino el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, porque éste es amigo del FMLN, pero muchos salvadoreños se quitaron "el miedo", dijo el candidato.
Pese a ello, amplios sectores se volcaron a defender y apoyar a Mauricio y al partido que representa, y el aspirante logró construir la denominada "Unidad nacional por el cambio".
Con el lema "Nace la esperanza, viene el cambio", Funes prometió a los salvadoreños un "gobierno de unida nacional", incluyente y de respeto a la Constitución que garantice el estado de derecho que según él, ha sido mancillado durante los 20 años de gobierno de Arena.
El sueño del aspirante de izquierda -que lidió con acusaciones de Arena de querer instaurar un gobierno "socialista"- es que los salvadoreños obtengan trabajo con mejores salarios y terminar con las desigualdades en un país donde la riqueza está en pocas manos.
"No renunciemos a la esperanza del cambio seguro, podemos construir un gobierno de unidad nacional", dijo Funes al cerrar su campaña, en un acto multitudinario que reunió a más 250 mil personas en una avenida capitalina.
Advirtió a los salvadoreños que una oportunidad histórica como ésta no volvería a repetirse para llevar los cambios necesarios al país, por lo que tendrían que acudir a las urnas en forma masiva y aquellos electores todavía indecisos deberían quitarse el "miedo".
En los últimos 16 meses, Funes realizó varios viajes al exterior, se reunió con presidentes latinoamericanos, y cuatro veces con el de Brasil, Luis Inacio "Lula" Da Silva, a quien admira y quien le mostró varios programas que podrían ser aplicados en el gobierno del FMLN.
El político con estudios en Letras y especialidad en Comunicaciones de la Universidad Centroamericana (UCA), de economía y sociología, concluyó su campaña sin haber debatido con su contrincante sus programas de gobierno, ya que Avila se negó a hacerlo.
Durante sus públicas concentraciones, el político de izquierda recordó al asesinado arzobispo Oscar Arnulfo Romero, y afirmó que gobernará bajo la premisa de la opción preferencial de los pobres, la misma que profesaba el religioso más querido en este país.
"Soy el presidente electo de los salvadoreños", declaró Funes durante una rueda de prensa en un hotel del oeste capitalino. "Esta noche debe tener el mismo sentimiento de esperanza y reconciliación que hizo posible los acuerdos de paz. Hoy hemos firmado un nuevo acuerdo de paz, de reconciliación del país consigo mismo. Por esta razón, invito desde este momento a las diferentes fuerzas sociales y políticas a que construyamos juntos el futuro. No me cabe ninguna duda que este día ha triunfado la ciudadanía que creyó en la esperanza y venció el miedo. Esta es una victoria de todo el pueblo salvadoreño", agregó.
"Quiero agradecer a todos los que votaron por mí, a todos los que vencieron el miedo, a todos los que prefirieron el camino de la esperanza y apostaron por el cambio y la esperanza y apostaron por un nuevo El Salvador. El respaldo ha demostrado al mundo entero que El Salvador está preparado para la alternancia", manifestó.
Con el 92.03% de las actas escrutadas, Funes obtenía 1 millón 250 mil 521 votos que representan el 51.28%, mientras que Ávila acumulaba 1 millón 188 mil 168 votos, equivalente al 48.72%. El total de votos con ese porcentaje escrutado era de 2 millones 458 mil 357, pero de ellos fueron impugnados 2 mil 426; se abstuvieron mil 914 y fueron 15,328 los votos nulos.
El total de votos válidos con ese porcentaje fue de 2 millones 438 mil 689.
Ávila reconoce su derrota
Casi cuatro horas después de que el FMLN se autoproclamó ganador, el presidente del partido Arena y candidato presidencial, Rodrigo Avila, reconoció la victoria de su rival.
"Quiero reconocerle a Mauricio Funes, del FMLN, que en esta lucha cerrada el margen de diferencia le ha dado la ventaja y le pido a Dios y que así como le dio sabiduria al pueblo salvadoreño se la dé a su partido", dijo Ávila tras reconocer que esta elección ha sido la "más dura" que ha enfrentado Arena.
"Hoy en este momento es cuando los areneros de todos los tiempos, los areneros de todas las épocas, los areneros de todos los rincones del país hemos dado el ejemplo de lo que es aceptar la voluntad del pueblo en una elección muy reñida", declaró Ávila.
También describió el futuro de su partido: "hemos sido y seremos una oposición constructiva, una oposición vigilante de que en nuestro país no se pierda el sistema de libertades".
Avila estuvo flanqueado por el presidente saliente, Antonio Saca, y sus predecesores en el cargo, Alfredo Cristiani (1989-1994), Armando Calderón (1994-1999) y Francisco Flores (1999-2004) en la tribuna ubicada frente a la sede del partido, en el centro-oeste de la capital, donde abundaban las caras largas de la decepción.
Mientras Avila hablaba, la militancia de Arena coreba su himno con frases como "patria sí, comunismo no" y "El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán".
Ahora, el futuro
"Esta es la noche más feliz de mi vida", confesó Funes ante decenas de periodistas salvadoreños y extranjeros que le rodeaban. "Y espero que sea también la noche de la más grande esperanza para El Salvador. Agradezco a Dios, porque sin su ayuda no estaría aquí, a todos los que vencieron el miedo y que demostraron que El Salvador estaba preparado para la alternancia", continuó.
Funes dijo que trabajará por los pobres, y pidió la unión de sus compatriotas para hacer que el país sea "para todos". Evocó el ejemplo del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, asesinado por el fundador de ARENA en 1980, en el altar de la catedral de San Salvador, un día después de pedir a los soldados que dejaran de matar. "Monseñor Romero dijo que la Iglesia tenía una opción preferencial con los pobres. Eso haré yo. Favorecer a los pobres y a los excluidos", prometió.
"Nadie puede tomar la patria como bien propio. El Salvador nos pertenece a todos", recalcó. "Quiero ser el presidente de la justicia social y del cambio seguro... Es hora de avanzar hacia el futuro y dejar atrás las venganzas del pasado".
"Deseo una política exterior independiente. Quiero la integración centroamericana y el fortalecimiento de la relación con Estados Unidos", agregó.
"Quiero ofrecer al presidente (Elías) Saca todo mi apoyo para que él concluya bien los últimos meses de su gobierno. Prometo respetar hasta el último día la autoridad de nuestro presidente y de su equipo", agregó.
Es hora de avanzar hacia el futuro y de dejar atrás las venganzas, exclamó el flamante presidente electo. "Trabajaré incansablemente por las libertades, la libertad de expresión y de culto. El regimen económico, la propiedad privada y la seguridad jurídica serán respetados y tendrán una atención especial", aseguró.
"Respetaré todas las instituciones democráticas" dijo. "Saludo a mis adversarios con respeto y les externo mi disposición al intercambio permanente de ideas. En este momento ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) pasa a la oposición y en ese carácter como partido de oposición, debe tener la seguridad que será respetada y escuchada", aseguró Funes.
El ganador por el FMLN dijo que trabajará por favorecer de manera preferencial a los pobres y excluidos. "Nuestro propósito es la de hacer de El Salvador la economía más prospera y dinámica de Centroamérica", tras comprometer a apoyar la integración centroamericana. Hablo de la Iglesia y de su respeto por aquella que tiene preocupación por la llamada opción por los pobres.
"Mi elección como presidente de la República ocurre en un momento excepcional. Ocurre en medio de una grave crisis nacional e internacional, la cual sólo se puede enfrentar con la unidad nacional y con la implementación de política integrales", tras poner énfasis en que propiciará de todas maneras la gobernabilidad democrática.
Dijo que por primera vez la izquierda llega a la Presidencia de El Salvador "En ese sentido le daremos un nuevo sesgo a mi gobierno. Si la alternancia es histórica, también mi gestión. Dejaré atrás la intolerancia y la exclusión. Ofreceremos la tolerancia democrática", afirmó tras subrayar que "esta patria nos pertenece a todos. El Salvador nos pertenece a todos".
Sueño cumplido
Con esta victoria, que era esperada por los salvadoreños, se cumple el sueño de llevar los cambios que urge el país y de la alternancia tras 20 años de gobiernos consecutivos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
El ex presentador de televisión abrazó la bandera del izquierdista FMLN para hacer posible el sueño de llegar a la Presidencia del país y terminar con 20 años consecutivos de gobierno de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Desde que su candidatura fue anunciada por el FMLN en septiembre de 2007, las encuestas de opinión siempre le dieron una amplia ventaja sobre su único adversario de la gobernante Arena, Rodrigo Avila, aunque en recientes sondeos el oficialismo se le acercó.
Funes nació el 18 de octubre de 1959 en San Salvador, donde aún viven sus padres, está casado con la diplomática brasileña, Vanda Pignato.
Logró aglutinar multitudes en todos los lugares del país que recorrió desde hace 16 meses, como nunca se había visto en la historia reciente. Las multitudes querían tocarle la mano, mirarlo de cerca y obtener un autógrafo, algo que no se daba desde los años 70, cuando el fallecido líder demócrata, José Napoleón Duarte, despertó esa pasión y la elección le fue robada por el partido de los militares.
La popularidad de Funes no es casual, pues en 21 años de ejercicio periodístico, que incluyó la cobertura de la guerra interna (1980-1992) se ganó el corazón de la gente con sus críticas entrevistas, que incomodaron a presidentes y funcionarios de la Arena.
En sus entrevistas matutinas de los últimos años, los televidentes lo invitaban a buscar la Presidencia, por lo que su anuncio de retirarse del periodismo el 28 de septiembre de 2007 causó alegría y esperanza en muchos sectores y puso a temblar al oficialismo.
Las encuestas lo ubican como la persona más popular del país, por encima del presidente Antonio Saca, y es admirado por la población por su honestidad, capacidad e inteligencia, buen trabajador y por sus principios bien fundamentados e incorruptibles.
De cuna humilde y de una familia de tres hermanos, uno de ellos fallecido durante el conflicto armado interno, fue corresponsal de la cadena de televisión CNN en español desde 2001 hasta septiembre de 2007.
Analistas políticos coinciden en que la admiración que despierta Funes descansa en que no tiene qué ver con el político tradicional y desgastado, por lo que inspira frescura y cambio, en un país gobernando por una derecha que rechaza la alternancia.
De hecho, en todos los mítines y reuniones públicas que hizo, nunca vistió de rojo, el color símbolo del FMLN y tras las interrogantes de la prensa al respecto, Funes respondió que "el rojo lo lleva en su corazón".
Durante los cuatro meses de campaña, Funes y su compañero de fórmula, el ex jefe guerrillero Salvador Sánchez Cerén, así como la dirigencia del FMLN, enfrentaron una "campaña sucia" de su contrincante, que trató de evitar que la izquierda llegara al poder.
La Arena enfiló su millonaria campaña para decirle a la población que si Funes ganaba no sería él quien gobernaría sino el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, porque éste es amigo del FMLN, pero muchos salvadoreños se quitaron "el miedo", dijo el candidato.
Pese a ello, amplios sectores se volcaron a defender y apoyar a Mauricio y al partido que representa, y el aspirante logró construir la denominada "Unidad nacional por el cambio".
Con el lema "Nace la esperanza, viene el cambio", Funes prometió a los salvadoreños un "gobierno de unida nacional", incluyente y de respeto a la Constitución que garantice el estado de derecho que según él, ha sido mancillado durante los 20 años de gobierno de Arena.
El sueño del aspirante de izquierda -que lidió con acusaciones de Arena de querer instaurar un gobierno "socialista"- es que los salvadoreños obtengan trabajo con mejores salarios y terminar con las desigualdades en un país donde la riqueza está en pocas manos.
"No renunciemos a la esperanza del cambio seguro, podemos construir un gobierno de unidad nacional", dijo Funes al cerrar su campaña, en un acto multitudinario que reunió a más 250 mil personas en una avenida capitalina.
Advirtió a los salvadoreños que una oportunidad histórica como ésta no volvería a repetirse para llevar los cambios necesarios al país, por lo que tendrían que acudir a las urnas en forma masiva y aquellos electores todavía indecisos deberían quitarse el "miedo".
En los últimos 16 meses, Funes realizó varios viajes al exterior, se reunió con presidentes latinoamericanos, y cuatro veces con el de Brasil, Luis Inacio "Lula" Da Silva, a quien admira y quien le mostró varios programas que podrían ser aplicados en el gobierno del FMLN.
El político con estudios en Letras y especialidad en Comunicaciones de la Universidad Centroamericana (UCA), de economía y sociología, concluyó su campaña sin haber debatido con su contrincante sus programas de gobierno, ya que Avila se negó a hacerlo.
Durante sus públicas concentraciones, el político de izquierda recordó al asesinado arzobispo Oscar Arnulfo Romero, y afirmó que gobernará bajo la premisa de la opción preferencial de los pobres, la misma que profesaba el religioso más querido en este país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios que contienen vulgaridades o elementos de violencia verbal