viernes, 20 de febrero de 2009

Emergency deja el Nicaragua: todos perdimos

En el tapete quedan muchas interrogantes y la necesidad de entender

de Giorgio Trucchi

Los hechos ya son de sobra conocidos. La ong italiana Emergency decidió cerrar el proyecto que venía gestionando desde hace tres años en León, Nicaragua, con el que pretendía construir un hospital materno-infantil para brindar atención gratuita y mejorar la oferta sanitaria del país.

Al mismo tiempo garantizaba la capacitación de todo el personal local que iba a trabajar en la estructura y la entrega de la obra a la autoridad sanitaria nicaragüense después de 10 años de funcionamiento, durante los cuales la ong italiana se iba a encargar de la gestión técnica, clínica y administrativa, “con el respeto de las leyes nacionales y en total transparencia frente a las autoridades sanitarias del país”, como aseguró la presidenta de Emergency, Teresa Sarti, en su carta con la que anunciaba dar por terminado el proyecto de construcción del hospital.

Ese modelo que demanda una total autonomía en la gestión de la estructura y que Emergency viene impulsando en todos sus proyectos en el mundo, parece no haber estado al centro del análisis y del dialogo, formal e informal, entre las partes, privilegiando aparentemente el enfoque técnico de la construcción, lo cual originó tensiones entre la organización italiana y el personal técnico del Ministerio de Salud, Minsa.

Según Rossella Miccio, coordinadora de la Oficina Humanitaria de Emergency en Italia, “nuestro principal objetivo era la construcción de un hospital materno-infantil de calidad elevada y gratuita que pudiese integrar el servicio que brinda el Hospital Escuela “Oscar Danilo Rosales Argüello", Heodra, en León. Ya entrando en la fase operativa –continuó Miccio– el Minsa pidió que se parara el proceso de ejecución para discutir los detalles técnicos de la construcción del hospital. Nos pidieron modificaciones al proyecto en base al nuevo Manual de Habilitación de Hospitales, lo cual significó ulterior trabajo e inversión, y entregamos todo antes de que finalizara el año”.

La respuesta de los técnicos del Minsa fue que estos cambios no eran suficientes ya que se había respetado sólo el 31 por ciento de las modificaciones requeridas.

"Esta respuesta la interpretamos como una falta de voluntad de querer sentar las bases para una colaboración constructiva y esto fue el único elemento que nos motivó a reconsiderar la realización del proyecto. Simplemente pedimos a las autoridades sanitarias que se nos garantizara la gestión en autonomía del centro porque es lo que nos piden nuestros donantes. En el caso de Nicaragua ya teníamos un donante que nos garantizaba el 50 por ciento de la cantidad necesaria para la realización de la obra. Si en Nicaragua ya existen todos los recursos técnicos para realizar ese tipo de obra y lo único que falta es el financiamiento, nosotros no somos una empresa de construcción y creemos que no existan las condiciones para la realización del proyecto ”, aseveró la coordinadora de la Oficina Humanitaria de Emergency.

Para el Ministro de Salud, Guillermo González, "Cuando me di cuenta de estas discrepancias que se estaban dando sobre el enfoque técnico, conversé con el responsable del proyecto y envié una carta a mediados del mes de enero a la presidenta de Emergency, expresándole que el gobierno tenía el mayor interés para la unidad, que comprendíamos sus preocupaciones y que estábamos abiertos a flexibilizar enormemente la aplicación de las normas", dijo el ministro en una entrevista con la Lista Informativa "Nicaragua y más".

Según el ministro fue sólo a través de la carta enviada a comienzo de febrero por la presidenta de Emergency, con la que se daba por terminado el proyecto, que se dieron cuenta que la principal preocupación no era tanto por el aspecto técnico de la construcción, sino por el tema de cómo se iba a manejar en el futuro la unidad, en términos de las condiciones que estaban reflejadas en el Convenio firmado en el 2006 y que garantizaban a la ong italiana la autonomía de la gestión técnica, administrativa y clínica de la unidad sanitaria.

“Para nosotros -explicó Miccio a la Lista Informativa-, autonomía quiere decir que trabajamos realizando y administrando hospitales con fines humanitarios, aplicando diariamente modelos gestionales y organizativos y en base a ellos nos comprometimos a brindar servicios clínicos de alto nivel, en el respeto de las reglas de un país donde creemos que nuestra intervención pueda mejorar la situación sanitaria y pueda ayudar a la capacitación del personal. En todo eso está también la realización de la estructura".

¿Adónde quedó el dialogo?

Mientras se discutía sobre donde poner una ventana o como construir una sala de espera para las enfermeras, aparentemente se perdía de vista el eje principal de todo el proyecto, es decir dialogar sobre ese modelo y buscar soluciones compartidas que evitaran enredarse en el tecnicismo y la burocracia, en vista de la gran oportunidad que se le iba a brindar a la población más desposeídas del país.

"El pasado 13 de febrero -manifestó el ministro González- enviamos otra carta ratificando que no hay motivos para tener temor porque ya existe una práctica en el país de que hay una combinación en el sistema de salud, tanto de servicios privados como de servicio públicos, y que el único interés del gobierno es que se brinde atención de calidad y que beneficie a los sectores más pobres. Reconocemos -continuó González- que en el Área de Regulación siempre se genera cierta tensión y a veces los técnicos tienen una actitud un poco estricta y es por eso que en cuanto me percaté de lo que estaba ocurriendo intervenimos con el sumo interés de resolver estas discrepancias que se estaban dando, manifestando que esa no era la posición política gubernamental. Precisamente la carta que enviamos en enero tenía la intención de rescatar ese concepto expresando la disponibilidad de flexibilizar cualquier posición que se pudieran haber dado".

Sin embargo, para el jefe de proyecto de Emergency en Nicaragua, Fabrizio Fasano, la situación no tiene vuelta atrás. "Me reuní ayer con el Ministro de Salud quien reiteró el interés por el proyecto de Emergency. Envié la información a Italia y por el momento no ha habido ninguna respuesta, pero ya es muy tarde. La decisión del Directivo ya se dio a conocer y no podemos cambiar de opinión continuamente. No hay vuelta atrás. Siempre hemos aclarado nuestra posición y la necesidad de poder tener autonomía e independencia en la gestión del proyecto y la intervención del ministro ha sido tardía. Esto refleja que posiblemente no haya funcionado el sistema de comunicación interna al ministerio y se activó solamente cuándo la noticia fue retomada para los medios de comunicación".

A la pregunta de si se buscó una forma para dialogar directamente con el ministro, tratando de evitar el desgaste del enfoque puramente técnico y , al contrario, abordando la temática desde sus raíces, es decir el modelo que se quería impulsar, Fasano contestó a la Lista Informativa que "He respetado el mecanismo establecido y que prevé el protocolo y no he tenido ni tiempo ni ocasiones afuera de ese mecanismo. Lo que hice fue hablar directamente con la responsable del Área de Regulación, pero los resultados fueron los mismos. Hay que agregar también que uno de los problemas que se han presentado es el continuo cambio de funcionarios. A lo largo de estos tres años han cambiado tres ministros y diferentes funcionarios y cada vez teníamos que comenzar de nuevo las explicaciones", concluyó el jefe del proyecto de Emergency.

¿Un modelo siempre viable?

Habría también que preguntarse si el modelo que Emergency acostumbra aplicar en países donde existen conflictos armados y donde las situaciones son muy extremas, con un Estado de derecho a veces casi inexistente, son viables en países pobres y necesitados pero con un marco regulatorio y una presencia institucional bien definida y funcionante.

“Puede ser que en países donde hay situaciones más estructuradas y avanzadas se necesitaría hacer una evaluación previa sobre el valor agregado que nosotros podemos aportar. No creemos ser los depositarios de la verdad absoluta de cómo se debe desarrollar la sanidad, pero sabemos perfectamente cuáles son nuestras capacidades, competencias y limites. Teniendo capacidades económicas limitadas siempre nos preguntamos a dónde nuestra intervención tiene más sentido, pudiendo incidir con mayor fuerza en la realidad del país. Tal vez Nicaragua tenía menos necesidades de ese tipo especifico de intervención, ya que tiene suficientes competencias desde el punto de vista teórico. Y reitero -manifestó Miccio- que nuestra decisión es puramente operativa y nada tiene que ver con observaciones a la legislación vigente en materia sanitaria, que es legitima y necesaria para el país. Lo que dijimos es que tenemos otro tipo de manera de trabajar y que quizás Nicaragua necesite de otro tipo de intervención”.

Para el Ministro González no sería ese el problema, sino una cierta falta de dialogo.
"Creo que la realidad está diciendo que en Nicaragua conviven distintos modelos y esto es lo que expresamos en nuestra carta a Emergency, donde dejamos claro que para nosotros el modelo que utilizan no es un problema, porque ya tenemos una realidad diferenciada. Al final me parece que al no haber establecido una comunicación muy ágil en este nivel de discusión sobre lo que es la visión, la políticas con que se están manejando las cosas, y habernos centrado más en la visión técnica, quizás llevó a pensar que si habían dificultades técnicas también iban a haber dificultades en otros ámbitos. Me parece -concluyó González- que en el dialogo que generamos abrimos esta idea flexible y que precisamente se podía subsanar cualquier problema que pudo haber ocurrido en el pasado. El modelo no es la gran contradicción, sino la forma con que hubo contacto en un ámbito donde quizás algunos técnicos no se percataron de la dimensión más amplia del proyecto".


La noticia y los medios

La noticia del cierre del proyecto de Emergency estalló como bomba en muchos medios nacionales, generando en cierta forma una especie de melodrama, una catarsis colectiva, donde de repente se da a conocer que existía un proyecto que tenía tres años de estarse gestionando y que nunca fue tomado en cuenta, ni monitoreado, ni mucho menos dado a conocer a la población.

Quedan muchas dudas sobre el actitud de algunos medios que en lugar de tratar de entender lo que estaba pasando, prefirieron buscar culpables e inocentes, buenos y malos, porque todo tiene que ser siempre "blanco o negro".

Recientemente, el periódico italiano Il Giornale publicó una entrevista con el señor Alberto Boschi. Con una artimaña muy fantasiosa el cierre del artículo fue dedicado al caso de Emergency, como a querer demostrar la supuesta actitud dictatorial del actual gobierno nicaragüense.

"Como en el Zimbabwe de Mugabe, el hombre fuerte de Nicaragua se lanza contra los periodistas y las ong. La organización italiana Emergency, seguramente no servil a los intereses estadounidense, canceló recientemente la construcción de un hospital valorado en 4 millones de euros. El régimen quería tomarse el dinero y hacer a solas".

Inmediata la reacción de Emergency.

“Emergency nunca ha dicho, ni ha sostenido lo que dice Il Giornale. Tenemos el compromiso de aclarar cualquier extraneidad de Emergency con cualquier polémica política que se quiera construir alrededor de este acontecimiento", dijo Rossella Miccio.

"Para Emergency el único motivo que nos llevó al cierre es el operativo, no hay otro motivo. No es costumbre de Emergency entrar en otros tipos de debates en los países donde operamos y no queremos que nuestra decisión venga retomada con otros fines o dándole otro significado por problemáticas internas propias del país. Para nosotros la experiencia en Nicaragua se está concluyendo y buscaremos mantener relaciones cordiales con las autoridades sanitarias nicaragüenses", concluyó


© (Texto Giorgio Trucchi - Lista Informativa "Nicaragua y más" )


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