jueves, 14 de enero de 2016

Argentina bajo el signo del desmantelamiento social

Por Sergio Ferrari | Radio La Primerísima

El reemplazo de Cristina Fernández de Kirchner por Mauricio Macri en la jefatura del Estado argentino, el pasado 10 de diciembre, significó mucho más que un simple cambio de Gobierno. Constituye un desplazamiento de un proyecto de Nación por otro de signo radicalmente diferente. Del Estado social kirchnerista hacia el de la presunta “eficacia” empresarial, si se tiene en cuenta la enorme cantidad de cuadros del sector privado multinacional que asumió en estos últimos días las responsabilidades principales de la gestión oficial. Un cambio de paradigma que pone en jaque la misma gobernabilidad en ese país sudamericano, tal como lo afirma en esta entrevista, Eduardo Seminara,  ex vicerrector de la Universidad Nacional de Rosario, Santa Fe,  y actual diputado nacional por el hoy opositor Frente para la Victoria (FpV).

Gobierno por decretos

P: ¿Qué implica realmente esta nueva etapa que se abrió el 10 de diciembre?

Eduardo Seminara (ES): El fin del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner constituye el fin  de un ciclo muy importante en Argentina. En estos 12 años se  combinaron medidas tendientes a la recuperación y reparación del efecto de las décadas anteriores de aplicación de las recetas del  neoliberalismo. Medidas que consolidaron un modelo de producción con inclusión y soberanía tanto en materia económica como en la   ampliación de derechos civiles y sociales.

El cambio de signo político en la gestión del gobierno si bien no era algo esperado, es algo  que puede ocurrir en el marco  del recambio democrático. Sin embargo, estas primeras semanas de la presidencia de Mauricio Macri muestran una clara intención de desconocer la legitimidad democrática por otra  construida gobernando por decreto; interviniendo en la conformación de la Corte Suprema de Justicia con la designación de dos miembros sin contar con el aval de la Cámara de Senadores -lo que produjo luego un escándalo tan grande que le obligó a retroceder. Y conformando un gabinete compuesto por representantes de las principales corporaciones trasnacionales hegemónicas.

P: Podría darnos algunos ejemplos concretos

ES: El nuevo Gabinete de Gobierno fue la primera señal. Lo construyó como si fuera la dirección de su propia empresa. Sin consultarlo con aliados ni con sus socios minoritarios. Así, las corporaciones nacionales y trasnacionales metieron sus “mejores” cuadros si ningún disimulo. Están gobernando, entre otros, antiguos gerentes o directores de Shell, General Motors, Telecom, Telefónica, HSBC, IBM, Banco de Galicia, la empresa aérea LAN, los grandes grupos multimedia como Clarín, y sus subsidiarias Cablevisión y Fibertel, por solo citar algunos. Representantes de todos los bloques del poder histórico, empresarial, rural, estudios de abogados lobistas, ocupan los principales puestos del Gobierno Macri.

P: ¿Y a nivel de decisiones tomadas en estos primeros 30 días?

ES: Nadie pensaba en la profundidad y velocidad de las primeras medidas. No hubo respeto de formas ni mucho menos de tiempos políticos y parlamentarios. Todo lo hace por decreto ordinario o de necesidad y urgencia (DNU), pero sin apego al parlamento ni a otras instituciones democráticas. Aprovechando que cuando sumió coincidía con el fin del periodo ordinario parlamentario, decidió gobernar sin consultar con el Poder Legislativo.

Las medidas más significativas de estas primeras semanas. Una devaluación del peso en relación al dólar del 40%, lo que implica una enorme transferencia de la riqueza de la mayoría de los sectores populares a los sectores financieros y exportadores de materias primas. Los salarios, pensiones y jubilaciones, la asignación universal por hijo, los programas de protección social han perdido el poder adquisitivo en esta misma proporción de la devaluación monetaria.

Se liberaron las trabas (medidas de protección a la industria nacional) para las importaciones. Y se eliminaron las retenciones (impuestos) a la exportación de los principales productos agrícolas y la carne. Incrementaron todos los derivados del petróleo, naftas, gasoil en un 6%, en esta primera etapa, pero seguirá profundizándose esta línea. Es obvio que el anuncio lo hizo el Ministro de Energía que es, precisamente, el ex – presidente de la Shell Argentina.

En paralelo, quita de subsidios estatales al gas, electricidad y transportes públicos, que afecta significativamente a los sectores de menos ingresos.

No quiero olvidar de mencionar la disolución de las autoridades que aplicaban las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual y de Telecomunicaciones, y la anulación de muchos de los artículos de las mismas que ponen en peligro las reformas a nivel de los medios de comunicación y que habían permitido hasta el 10 de diciembre la construcción de un sistema más democrático y participativo.

P: ¿Y los cursos probables de acción futura?

ES: El desafío al que nos enfrentamos radica en  cuánta perdurabilidad tendrá los pilares que desde los gobiernos nacionales y populares supimos instalar en estos últimos doce años. Es probable, casi inevitable, que se inicie un ciclo de mucha conflictividad social en la medida que se vayan afectando los derechos y las condiciones de vida que fueron consagradas durante los gobiernos Kirchneristas. Ya se han dado numerosas movilizaciones de todo tipo estas semanas. Pienso que la nueva resistencia, el aguante, muy posiblemente va a transitar caminos novedosos, creativos. Ya estas semanas ha habido movilizaciones de todo tipo y protestas, que estoy seguro se agudizarán a partir del febrero y marzo cuando se empiece a sentir el impacto de toda esta política de ajuste en la cotidianeidad de la gente.

Ofensiva regional


 P: ¿Esta ofensiva política del campo conservador en Argentina coincide que también con la que se da en Brasil, entre otros medios,  con el pedido de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff?


ES: El caso de Brasil es también un ejemplo de la embestida de las corporaciones contra los gobiernos nacional-populares. Lo que hay que poder percibir es que esas fuerzas que pugnan por derechizar la región también tienen debates al interior y que por momentos actúan de forma homogénea y por momentos no.

La oposición debate acerca de la metodología que tiene que asumir:  si de lo que se trata es de tratar de separar ya a la presidenta Dilma Rousseff del gobierno,  o si es preferible desgastar las bases del Partido de los  Trabajadores (PT) previendo la posible recomposición futura de éste en torno al liderazgo del ex presidente Lula.

Algo similar a lo que implementa la derecha en Argentina: los tiempos y la profundidad de los cambios que necesita para desmantelar lo construido en estos últimos doce años tratando de asegurar a la vez “gobernabilidad” y rentabilidad.

P: ¿Tendencia compleja hacia un retroceso en los esfuerzos de integración regional que se venían promoviendo en la última década?

ES: Sin duda los recambios en los poderes ejecutivos y legislativos de los distintos países de la región son un desafío para una integración regional que venía dando pasos -quizás no lo suficientemente sólidos- en un reordenamiento geopolítico que sumara soberanía y profundizara las relaciones de complementariedad para cada uno de los países del bloque.

Se trata de una integración regional con mucho más peso en las relaciones políticas y culturales que en las relaciones de intercambio mercantil. Entonces, cuando evaluamos en cuánto amenazan los actuales cambios a la integración, no tenemos que pensar solamente en que el bloque de países pueda romperse, sino que un cambio en el eje de las relaciones entre los países ya significa un retroceso. En este sentido, hay que mirar con atención las posiciones argentinas pero también las actitudes que tome el presidente uruguayo Tabaré Vázquez.

Argentina, referencia clave para el continente

P: En ese proceso de cambio de paradigma, el impacto del cambio de Gobierno en Argentina, sin embargo, pareciera determinante…


ES: Argentina ha sido históricamente una referencia intelectual y política para toda  Latinoamérica influenciando en el resto de los países tanto en los momentos de hegemonía conservadora como en sus momentos progresistas. Por lo tanto no es menor la influencia que puede llegar a  tener el Gobierno de Mauricio Macri en la reorientación de la región hacia los vínculos con la alianza transpacífico, dirección que ya viene siendo sostenida abiertamente por Colombia y México.  La pérdida de las elecciones parlamentarias en Venezuela debilita el eje que integra junto con Ecuador y Bolivia y pone a estos últimos dos países en el centro de la escena. Los procesos de estas naciones incluyen profundas transformaciones con mucho peso de las relaciones comunitarias y de cuestionamientos a las formas mercantiles de propiedad tanto de los recursos naturales como de los bienes culturales. Si bien las transformaciones en Ecuador y Bolivia capturan la atención de quienes adherimos a los procesos de emancipación de los pueblos, los reordenamientos al interior del bloque de países progresistas los deja con un poder de influencia más reducido.

Será necesario explorar nuevas formas de organización y de vinculación de todos los movimientos nacionales y populares, independientemente del control de los Estados, como forma de profundizar la identidad de nuestros pueblos basadas en la solidaridad  y el fortalecimiento de las organizaciones políticas regionales.


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