lunes, 26 de octubre de 2015

Sínodo de los obispos: la Iglesia Católica no avanza en cuanto a la concepción de la familia

Por ADITAL

Esta vez, la Iglesia Católica no consolidó cambios estructurales en las concepciones de la familia. Fueron tres semanas de reuniones realizadas en el período del 4 al 25 de octubre, con la participación de 265 miembros votantes, en la 14ª Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Familia. El tema fue "La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. El documento final del encuentro, sin embargo, no aportó ninguna proposición nueva, reflejando la falta de acuerdo entre obispos conservadores y reformistas para una apertura amplia en la Iglesia.

El texto fue considerado "confuso” por los que buscaban reformas positivas en la Iglesia Católica e incluso hasta por los más conservadores. El informe final reitera la posición de la institución religiosa de que los homosexuales no pueden ser discriminados, pero sigue advirtiendo que no hay "fundamento” para el casamiento de personas del mismo sexo. Sobre la integración de los divorciados, hubo algún avance: el documento propone que cada sacerdote analice individualmente caso por caso para decidir si autoriza la comunión íntegra a un católico que se divorció y se volvió a casar.

El documento limita las referencias a la homosexualidad al pedido de un "acompañamiento de las familias” en las que viven las personas con "tendencia homosexual” y reafirma la oposición de la Iglesia a la equiparación de la unión entre personas del mismo sexo con el matrimonio. "La familia, basada sobre el matrimonio del hombre y de la mujer, es el lugar magnífico e insubstituible del amor personal que transmite la vida”, refiere el documento final, que incluye 94 puntos.

El texto parte de un análisis del contexto cultural y religioso en que viven las familias, ante un cambio "antropológico” en el que surge el desafío de la ideología del género, que "niega la diferencia y la reciprocidad natural del hombre y de la mujer”. La familia es presentada como el "puerto seguro”, la "célula fundamental” de la sociedad, "en una época de fragmentación”. "La revolución de los afectos que Jesús introdujo en la familia humana constituye un llamamiento radical a la fraternidad universal”, se dice en el informe.

A los fieles católicos se les recuerda la "responsabilidad” de tener hijos, frente a una mentalidad "hostil a la vida”, rechazando cualquier iniciativa estatal que favorezca "la contracepción, la esterilización o incluso el aborto”. En este sentido, el documento señala "desafíos particulares”, como la poligamia, el casamiento entre católicos y fieles de otras confesiones cristianas o religiones, la secularización o la "desconfianza” de los jóvenes en relación con el matrimonio.

La mayoría de los obispos participantes aprobó el informe, que ya fue entregado al Papa. Sin embargo, Francisco todavía tiene la prerrogativa de decidir o no por un nuevo documento. Religiosos con orientación ideológica más progresista interpretan que el "bajo” resultado del Sínodo tuvo el objetivo de debilitar el liderazgo del Papa durante los trabajos de la Asamblea.

Teólogos critican resultado


Ante el retroceso de la Iglesia al no realizar avances significativos en el reconocimiento a las actualizaciones de las familias en diversas culturas y grupos, un grupo de por lo menos 60 teólogas y teólogos publicaron una declaración internacional criticando la vigencia del conservadorismo en el Vaticano. "No pertenece a la Fe de la Iglesia el hecho de mantener intacto un determinado modelo de familia, propio de un tiempo y de una cultura. Según los Evangelios, Jesús de Nazaret fue profundamente crítico del modelo de familia de su tiempo y de su cultura”, afirmó.

Entre los críticos al resultado del Sínodo están: el filósofo y teólogo de la Liberación brasilero Leonardo Boff, la teóloga feminista brasilera Ivone Gebara, el español Xavier Alegre de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, la teóloga india Kochurani Abraham, la colombiana Olga Lucía Álvarez de la Asociación de Presbíteras Católicas Romanas, la teóloga ecuatoriana Nidia Arrobo de la Fundación Pueblo Indio Monseñor Leónidas Proano, y el teólogo Ricardo R. Blanco-Beledo de la Comunidad Teológica de México, entre otros nombres de referencia en las discusiones socioteológicas de todo el mundo.

El Sínodo continuará en las diócesis


En el mensaje de cierre de la 14ª Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, el Papa Francisco afirmó que la discusión sobre el tema debe continuar en cada Diócesis y comunidad católica del mundo. "En realidad, para la Iglesia, cerrar el Sínodo significa volver, realmente, a ‘caminar juntos’ para llevar a todas partes del mundo, a cada Diócesis, a cada comunidad y a cada situación la luz del Evangelio, el abrazo de la Iglesia y el apoyo de la misericordia de Dios”, afirma el Sumo Pontífice.

Aunque afirme que la Iglesia Católica haya buscado "superar toda hermenéutica conspiradora o perspectiva cerrada”, el Papa admite que no hubo grandes avances en las consideraciones sobre la actualización de los conceptos de familia. "Ciertamente, no significa que agotamos todos los temas inherentes a la familia, sino que procuramos iluminarlos con la luz del Evangelio, de la tradición y de la historia bimilenaria de la Iglesia, infundiendo en ellos la alegría de la esperanza, sin caer en la fácil repetición de lo que es indiscutible o ya se dijo”, señala.

"Seguramente, no significa que encontramos soluciones exhaustivas para todas las dificultades y dudas que desafían y amenazan a la familia, sino que planteamos tales dificultades y dudas bajo la luz de la fe, las examinamos cuidadosamente, las abordamos sin miedo y sin esconder la cabeza en la arena”, observa Francisco, pidiendo también que los fieles comprendan la importancia de la institución de la familia y del matrimonio entre hombre y mujer, fundado sobre la unidad y la indisolubilidad y considerado la base fundamental de la sociedad y de la vida humana.

Francisco dice que el Sínodo acogió la libre expresión de diferentes opiniones durante el diálogo. "Aquello que parece normal para un obispo de un continente, puede resultar extraño, casi un escándalo, para el obispo de otro continente; aquello que se considera violación de un derecho en una sociedad, puede ser un precepto obvio e intocable en otra; aquello que para algunos es libertad de consciencia, para otros puede ser sólo confusión. En realidad, las culturas son muy diferentes entre sí y cada principio general, si quiere ser observado y aplicado, debe ser aculturado”, pondera.


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