sábado, 17 de octubre de 2015

Nicaragua: Antisandinismo es historia, la gente quiere paz

Si las elecciones fueran hoy, ¿por qué partido votaría? La población respondió: FSLN 61.7%; PLC 4.9%; PLI 2.9%

Por Informe Pastrán | La Voz del Sandinismo

El panorama político de Nicaragua en el 2015 no es el mismo de 1990, la situación se ha revertido, porque hay fantasmas del ayer que hoy ya no existen, son historia. 

A juicio del gerente general de la firma encuestadora nacional M&R, Raúl Obregón, “la tortilla se volteó”, porque tan solo hace 10 años el Frente Sandinista no pasaba de un 22% de base social y los liberales tenían un 18%, pero atraían a los independientes y eso les permitió gobernar entre 1997 y el 2006. Los independientes rondaban el 55%, pero se inclinaban hacia los liberales en las votaciones, ahora se acercan al 40% y le han dado sus votos al sandinismo en los últimos comicios.


El FSLN era entonces fuerte en el área urbana y los liberales en el área rural y esto ha cambiado radicalmente a la inversa, solo que el sandinismo tiene fuerte ascendencia en el campo y las zonas urbanas. “El antisandinismo era fuertísimo en los años 80 y todos los años noventa e incluso hasta el 2006 y eso era la manifestación de aquellos fantasmas que quedaron de estela de los años 80, cuando se decía de que si ganan los sandinistas aquí volvería la guerra, el servicio militar, la inflación, la economía se va a desbaratar, vienen las expropiaciones.

Eso era el sustento cognitivo de la polarización que hubo por muchos años”, dijo Obregón a INFORME PASTRAN. Anotó que “en la medida en que han ido pasando los meses y los años eso ya no es así, porque existe una nueva generación en Nicaragua que no tiene ningún temor al sandinismo, “y aunque tienen una memoria histórica de lo que pasó ya no es un motivador de temores”. “Este es uno de los cambios más importantes que hay en los segmentos político electorales del país”, observó.  “Hoy por hoy los problemas políticos no son los problemas de la gente, sino los problemas económicos”, subrayó.

El manejo macroeconómico, la paz social, la seguridad ciudadana, el diálogo con el sector privado, las relaciones con Estados Unidos y los programas sociales han disipado los temores hacia el FSLN y su líder, Daniel Ortega. “La oposición tiene que enfocarse en un programa que busque resolver los problemas de la población.

Si le hablas de temas políticas y otras cosas, no es el tema que le interesa a la población”, apunta Obregón. Al repasar sus mediciones de los últimos diez años asegura que “la división le ha hecho mucho daño a los liberales, es lo que los llevó a perder el poder en el 2006”.

”Lo que ahora se ve, es que desde el 2011 los independientes ya no se inclinan por los liberales. Se ve que la gente quiere vivir en paz, por eso pide la observación electoral, para que gane quien gane y pierda quien pierda, todos queden satisfechos y el país camine en paz, haya trabajo, haya seguridad”, manifestó.

Raúl Obregón estima que en el 2006 un fuerte segmento de votantes liberales e independientes le dio el voto a Eduardo Montealegre y otro porcentaje a José Rizo del PLC, demostrando que ambos reunieron el 60% del electorado. Ese porcentaje ahora es distinto, casi un 6% está con el PLC y casi un 3% con el PLI y juntos no llegan ni al 10%.

La insoportable verdad de las encuestas

El dato es insoportable para la derecha conservadora. M&R preguntó: “Si las elecciones fueran hoy, ¿por qué partido votaría? La población respondió: FSLN 61.7%; PLC 4.9%; PLI 2.9%.

Más de dos décadas después de examinar el pulso de la opinión ciudadana, las distintas firmas han acumulado un caudal de experiencia y se esmeran en ofrecer un informe veraz, sustentado por sus investigaciones de campo a nivel nacional.

Pero este trabajo no siempre es reconocido cuando las verdades se visten de cifras que desmienten las palabras con que la derecha quiere distorsionar la realidad nicaragüense.

Antes acuñaron que las encuestas eran la “fotografía” de un momento. Es que el FSLN reaparecía en primer plano en 2006, en virtud de la actualización que empezaba a experimentar el partido con el liderazgo del comandante Daniel Ortega y la escritora Rosario Murillo. Entonces aguardaban la siguiente toma, a ver si salían “simpáticos”.

Cuando la “foto” de la alta popularidad del sandinismo se volvió un documental de largo metraje, validado por las urnas en 2011, el linchamiento mediático no se hizo esperar, comenzando con las elecciones. Nunca perdonaron haberse quedado sin Beatriz y sin retrato.

Dado que las empresas que ejecutan con regularidad los sondeos prácticamente coinciden en las preferencias, certezas y decepciones de la ciudadanía, algunos de sus críticos ya se contienen con sus epítetos.

Del desprecio abierto, esta facción, arrastrada por la contundencia de los estudios, pasó a tomar con “pinzas” las estadísticas para tratar de “operar” lo que está saludable, aunque siempre digno de fortalecer.

Pero de aquel desafinado coro que descalificaba las encuestas porque “son pagadas”, quedan todavía los frustrados aspirantes a la presidencia.

Mientras, hay quienes con cierto realismo evitan enfrentarse a las firmas consultoras, pues se convencieron que solo transmiten las evidencias. Prefieren hacerlo con la ciudadanía, al suponer, sin la agrura del rencor, que “el pueblo no dice lo que siente”; “el pueblo tiene miedo”.


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