lunes, 14 de enero de 2013

Javier Couso: los asesinos de nuestros familiares nos quieren amnésicos

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Por Annalisa Melandri*

Josè Couso murió el 8 de abril de 2003 en Bagdad a causa de un ataque de un carro de combate  estadounidense contra el Hotel Palestine donde se alojaba en ese momento la mayor parte de la prensa internacional. Tenía 38 años, era casado con dos hijos y ese día, desde el balcón del 14avo piso del hotel junto a  otros colegas, estaba dando seguimiento a los preparativos para la inminente invasión de la ciudad por las tropas estadounidense, apenas tres  semanas después del inicio de la invasión en Irak. Era operador  del canal español  Tele5 y con él en el Palestine murió también el camarógrafo ucranio de la agencia  Reuters, Taras Protsiuk, quien se encontraba en el balcón del piso inferior.  

El 9 de abril, el día siguiente al ataque contra el hotel y contra otras sedes de la prensa independiente, no controladas por el Pentágono, el ejército estadounidense ocupó Bagdad. De la toma de la ciudad no circularon imágenes  en vivo. Lo único que pudo ver la comunidad internacional fue el  derribo de la estatua de Saddam  Hussein por los iraquíes.

Javier Couso es el hermano de José. Y como José es periodista. Desde el  día de su muerte está luchando junto con su familia para obtener justicia por la muerte de su hermano. En esta entrevista nos cuenta de cómo siguen las investigaciones del caso y de su batalla por la verdad.


A.M. — Javier, este 2013 se cumple una década del asesinato de tu hermano José en el Hotel Palestine en Bagdad;  estos años han trascurrido para ti y tu familia en la  búsqueda de  justicia. ¿Cómo procede el caso?
J.C - El caso sigue abierto y lo lleva el Juzgado de Instrucción Nº 1 de la Audiencia Nacional a cargo del magistrado Santiago Pedráz. Ahora mismo se encuentra en fase de instrucción con tres procesados: el sargento Gibson, el capitán Wolford y el teniente coronel DeCamp, los cuales se encuentran  en búsqueda y captura internacional acusados de un delito de lesa humanidad contra la comunidad internacional. Además, se encuentran imputados también los máximos responsables de la III División de Infantería Acorazada del ejército de EEUU en el momento de la invasión de Irak: el coronel Perkins y el general Bufor. A los procesados se les ha impuesto una fianza de 3 millones de dólares con lo cual se ha librado una comisión rogatoria para los preceptivos embargos en Estados Unidos o España. Lo último ocurrido  fue la declaración de la periodista Amy Goodman presentadora del programa Democracy Now que entrevistó a la ex sargento de la Inteligencia Militar Adrienne Kinne que se ocupaba de espiar a los periodistas que se encontraban en el Hotel Palestine y que se enfrentó a sus jefes al saber que el hotel iba a ser atacado a pesar de ser un objetivo civil.

A.M. —  ¿El Departamento de Estado de Estados Unidos realizó una investigación de lo ocurrido  y cual fue en ese caso la conclusión? 
J.C. — Más que una investigación fue un auto exculpación fabricada, sin referencias, sin datos. Se aportó solo la versión del ejército, es decir quien elaboró ese informe era en el mismo tiempo  juez y parte y no fue absolutamente  una investigación independiente. Se realizó por  la petición de explicaciones por parte del gobierno de Ucrania por el asesinato de Taras Prosyuk, muerto en el mismo ataque que José, y la conclusión podría ser utilizada para guión de una película de ficción de Hollywood,  ya que basándose en las informaciones  de un periodista empotrado antiguo miembro del ejército, dice que, interceptada  una radio iraquí, con su escucha descubren que en  los pisos altos del Hotel Palestine se ubicaba un puesto de observación del ejército de Irak que dirigía el fuego contra los carros estadounidenses y que una vez disparado contra él, cesa el fuego sobre las unidades blindadas. Algo que cae por su propio peso, pues las imágenes visionadas muestran que ellos jamás estuvieron bajo amenaza de armas contracarro y que estuvieron varias horas sobre un puente,  que es la posición más expuesta, y que durante los 35 minutos anteriores al disparo no hubo combates.
Lo dicho, una pseudo investigación realizada ad hoc para exculpar a varios criminales de guerra.
 
A.M. —  Tú y tu familia han  realizado investigaciones paralelas. ¿Con cuales conclusiones?
J.C. — La propia querella y el desarrollo de la Instrucción son una investigación legal. El magistrado  en su auto de procesamiento llega a la misma conclusión que nosotros: que fue un ataque premeditado y diseñado. Todos los elementos como la ausencia de combates, los medios de visión de los carros, la posición estática encima de un puente de unidades blindadas y el ataque a las tres señales en directo (Al Jazeera, Abu Dhabi y Reuters) realizados por la misma compañía apuntan en esa dirección. Algo compartido por los peritos de la familia (doctores en Óptica Física y Física Aplicada de la Universidad Complutense) y los de la Audiencia Nacional, junto a  las pruebas practicadas en Bagdad por el juez Santiago Pedráz determinan que con los medios de visión del carro de combate M-1 Abrams A-1 se podía distinguir perfectamente a mi hermano o a Taras y distinguir que eran periodistas y no combatientes.

A.M —  Como tú mismo recuerdas, ese mismo día del ataque al Hotel Palestine,  el ejército norteamericano había atacado también otros dos centros de medios en Bagdad, la televisión de Abu Dhabi y el canal de Al Jazeera, dejando un saldo total de tres periodistas fallecidos. ¿Fue entonces un ataque intencional contra la prensa internacional? ¿Con cuál objetivo?
J.C. — Se neutralizaron todas las señales en directo que había en Bagdad aquella mañana: Al Jazeera, Abu Dhabi TV y Reuters. Que sepamos, no hay imágenes de la toma de Bagdad en directo. La imagen que quedó como certificadora de la toma de la ciudad fue la escenificación del derribo de la estatua de Saddam, foto icónica igual que las fabricadas para la toma de Iwo Jima o el Reichstag. Consiguieron lo que querían: un apagón informativo hasta tener la imagen que buscaban y un escarmiento a la prensa que no fue empotrada junto a sus tropas.

A.M. —  ¿Cuál ha sido en todo estos años la actitud política del gobierno español respecto al caso de tu hermano?
J.C. – Hemos tenido oposición abierta por parte de los gobiernos del PP y camuflada por parte de los del PSOE,  aunque esta ha sido evidenciada tras la publicación de los cables de la Embajada de EEUU. En todos los casos se intentó interferir para detener la investigación judicial siempre en colaboración y casi al dictado de la legación de una potencia extranjera. Algo indignante, no solo en el ámbito de la Justicia sino en el de la propia Soberanía Nacional.

A.M.   José era periodista, tú también lo eres. Ante la tragedia ocurrida en tu familia,  ¿cómo has llevado adelante  el compromiso y el reto del ejercicio del periodismo?
 
J.C. Yo he hecho muchas cosas en la vida y aunque me diplomé como periodista audiovisual, me considero más cámara o documentalista, pero siempre trabajando en el espectro comunicativo. Considero un imperativo moral poner mi granito de arena en la batalla que se desarrolla entre la verdad y los grandes medios que siempre están al servicio de los intereses de las transnacionales y el poder financiero.

A.M —  La batalla de la prensa libre contra el poder parece una batalla contra los Titanes…   ¿Crees que haya posibilidades de futuro para los medios independientes?
J.S. — Está complicado y creo que vamos perdiendo por goleada, aunque las posibilidades que ha traído la revolución tecnológica digital en el campo audiovisual con el abaratamiento de los equipos y la posibilidad de una difusión a través de las redes han abierto una pequeña brecha en el absoluto control del discurso por las transnacionales de la (des)información. Por otro lado, la consolidación de los procesos soberanos en América Latina y la asunción de la importancia informativa que ha dado paso a leyes de prensa para garantizar la pluralidad o la creación de herramientas como, por ejemplo, TeleSur, son un impulso formidable para que los pueblos puedan tener acceso a una información veraz.
Estos elementos: abaratamiento, Internet y soberanía informativa, nos dan algo de oxigeno para continuar enfrentándonos a la industria de la mentira en que quieren convertir todo el periodismo.

A.M. —  En una reciente entrevista has estado hablando de la memoria. Sé que las conmemoraciones no nos devuelven nuestros seres queridos pero pueden ser una buena ocasión para que la memoria colectiva siga haciendo su trabajo y siga trazando el camino hacia el esclarecimiento de la verdad. Tienen programada alguna actividad el próximo 8 de abril? 
La memoria es fundamental para seguir adelante, los asesinos de nuestros familiares nos quieren amnésicos. Si se olvida, se legitiman los asesinatos y el tiempo hace de borrador al servicio de la impunidad. Como nos enseñan las madres y abuelas de Plaza de Mayo solo la tenacidad fruto de la memoria consigue Justicia. Por eso vamos a seguir, porque José y sus compañeros siguen vivos en nuestra memoria.
El próximo aniversario estaremos de nuevo frente a la Embajada de EEUU en Madrid, combinando como siempre música y denuncia. Esa semana también tendremos unas jornadas con la presencia de madres que luchan contra la impunidad en diversos países. Será un homenaje a mi madre y a todas las madres que, aún desgarradas por el dolor, se levantan para dar de nuevo vida a sus hijos asesinados o encarcelados.

*periodista independiente y activista por la defensa de los Derechos Humanos 



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