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Por El Libertador
Adonde quiera que llegue el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, las protestas y manifiestos de rechazo se hacen sentir.
En esta ocasión, el sacerdote diocesano panameño Conrado Sanjur lamentó que la Universidad de Santa María la Antigua (USMA) condecorara al purpurado hondureño con el doctorado de Honoris Causa, al considerarlo que el religioso “no representa los intereses del pueblo”.
En esta ocasión, el sacerdote diocesano panameño Conrado Sanjur lamentó que la Universidad de Santa María la Antigua (USMA) condecorara al purpurado hondureño con el doctorado de Honoris Causa, al considerarlo que el religioso “no representa los intereses del pueblo”.
En una misiva enviada al centro de estudios superiores, Sanjur hizo saber su malestar, ya que se mostró sorprendido ante por la distinción a “una persona tan gravemente cuestionada por gran parte de la sociedad hondureña y por la comunidad internacional, a raíz de su asentimiento y posición proactiva, por decir lo menos, al trágico golpe militar que las fuerzas políticas, empresariales, gubernamentales y extranjeras, concretamente Estados Unidos”.
También reprochó la conducta que adoptó el cura con respecto al crimen constitucional y lamentó que la jerarquía tomó “con la honrosa excepción del señor obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán (Luis Alfonso Santos); que tuvo como objetivo separar de su cargo, de manera violenta al presidente electo Manuel Zelaya”.
Asimismo, deploró la actitud que ha asumido el centro universitario, por el hecho que “presentan una profunda contradicción con el espíritu que debe animar a toda universidad en donde se conforma la conciencia ciudadana y social de un sector tan importante para la sociedad como es la juventud, con mayor razón la USMA, conocida como católica”.
A juicio del clérigo, el centro educativo entró en contradicción por el motivo que “esta situación desde el punto de vista del Evangelio de Jesucristo que sintetizaba su misión en la consigna y recomendación: Busquen el Reino de los Cielos y su justicia, y lo demás vendrá por añadidura. Evidentemente, Jesús miraba las cosas desde las perspectivas de los empobrecidos, los necesitados y los excluidos y no desde el poder”.
A pesar que la carta no fue abordada por los medios de comunicación panameños, el prelado se pregunta: “¿Qué mensaje estaría inculcando la Iglesia y sus instituciones, como la USMA, a nuestra juventud panameña? ¿Mirar la realidad desde el punto de vista de los poderosos? ¿Darle la espalda a los pobres? ¿Apoyar mecanismos violentos como los Golpes de Estado Militares y concertados entre las fuerzas de poder político, económico, empresarial, extranjero?”.
A modo de comparación, el redactor de la carta comparó el golpe de Estado de Honduras con el de Paraguay, “pareciera que la respuesta a estas preguntas se encuentran en el reciente golpe político ejecutado en Paraguay, en donde las fuerzas políticas del Estado confabuladas con el poder empresarial y transnacional, y no se excluye para nada la siempre intervención de Estados Unidos, procedieron a separar de su cargo al presidente democráticamente elegido. Y otra vez, la alta jerarquía de la Iglesia se hizo presente, los primeros, para avalar la injusticia cometida”.
“No dejamos de señalar también que la jerarquía de nuestra Iglesia Arquidiocesana hizo otro tanto al invitar al Cardenal Rodríguez Maradiaga a dar su “testimonio sacerdotal” en la XLI Cena de Pan y Vino, ese mismo día, en horas de la noche, en beneficio del Seminario Mayor San José y de las vocaciones sacerdotales, que nos lleva a reiterar la pregunta: ¿Qué clase de sacerdotes la Iglesia está preparando para servir al pueblo en el futuro?”, aseguró.
El sacerdote, instó al rector de la universidad panameña a que “animados por el espíritu de la libertad de los hijos de Dios, con el ánimo sincero de poner otro punto de vista para la reflexión de temas como el que nos ocupa que tienen su repercusión en la sociedad panameña y en la vida de nuestra Iglesia y que debe ser de interés de todos y todas”.
También reprochó la conducta que adoptó el cura con respecto al crimen constitucional y lamentó que la jerarquía tomó “con la honrosa excepción del señor obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán (Luis Alfonso Santos); que tuvo como objetivo separar de su cargo, de manera violenta al presidente electo Manuel Zelaya”.
Asimismo, deploró la actitud que ha asumido el centro universitario, por el hecho que “presentan una profunda contradicción con el espíritu que debe animar a toda universidad en donde se conforma la conciencia ciudadana y social de un sector tan importante para la sociedad como es la juventud, con mayor razón la USMA, conocida como católica”.
A juicio del clérigo, el centro educativo entró en contradicción por el motivo que “esta situación desde el punto de vista del Evangelio de Jesucristo que sintetizaba su misión en la consigna y recomendación: Busquen el Reino de los Cielos y su justicia, y lo demás vendrá por añadidura. Evidentemente, Jesús miraba las cosas desde las perspectivas de los empobrecidos, los necesitados y los excluidos y no desde el poder”.
A pesar que la carta no fue abordada por los medios de comunicación panameños, el prelado se pregunta: “¿Qué mensaje estaría inculcando la Iglesia y sus instituciones, como la USMA, a nuestra juventud panameña? ¿Mirar la realidad desde el punto de vista de los poderosos? ¿Darle la espalda a los pobres? ¿Apoyar mecanismos violentos como los Golpes de Estado Militares y concertados entre las fuerzas de poder político, económico, empresarial, extranjero?”.
A modo de comparación, el redactor de la carta comparó el golpe de Estado de Honduras con el de Paraguay, “pareciera que la respuesta a estas preguntas se encuentran en el reciente golpe político ejecutado en Paraguay, en donde las fuerzas políticas del Estado confabuladas con el poder empresarial y transnacional, y no se excluye para nada la siempre intervención de Estados Unidos, procedieron a separar de su cargo al presidente democráticamente elegido. Y otra vez, la alta jerarquía de la Iglesia se hizo presente, los primeros, para avalar la injusticia cometida”.
“No dejamos de señalar también que la jerarquía de nuestra Iglesia Arquidiocesana hizo otro tanto al invitar al Cardenal Rodríguez Maradiaga a dar su “testimonio sacerdotal” en la XLI Cena de Pan y Vino, ese mismo día, en horas de la noche, en beneficio del Seminario Mayor San José y de las vocaciones sacerdotales, que nos lleva a reiterar la pregunta: ¿Qué clase de sacerdotes la Iglesia está preparando para servir al pueblo en el futuro?”, aseguró.
El sacerdote, instó al rector de la universidad panameña a que “animados por el espíritu de la libertad de los hijos de Dios, con el ánimo sincero de poner otro punto de vista para la reflexión de temas como el que nos ocupa que tienen su repercusión en la sociedad panameña y en la vida de nuestra Iglesia y que debe ser de interés de todos y todas”.
Fuente: El Libertador
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