viernes, 30 de septiembre de 2011

Agrocombustibles y despojos territoriales en Centroamerica

commercialpressuresonland.org
Por OFRANEH

La expansión acelerada en Centroamérica de plantaciones de palma africana, caña de azucar, jatropha y otras oleaginosas, se encuentra acompañada de una inminente  explosión social causada por los múltiples desalojos a lo largo y ancho del istmo.

Cientos de familias en condiciones paupérrimas sufren el asalto de las fuerzas de seguridad para el beneficio de reducidos grupos de poder económico, que no vacilan en inducir a las fuerzas de seguridad a atropellar los derechos humanos de las poblaciones locales.

En Alta Verapaz, Guatemala, la familia Widmann propietaria del Ingenio Chabil Utzaj, impulsó un violento desalojo en el Valle de Polochic, donde el pasado 15 de marzo, más de 800 familias sufrieron las agresiones de las fuerzas de seguridad y paramiltares. A las familias afectadas de les negó la solicitud de permitirles cosechar el maíz y frijol que habían plantado con meses de anterioridad.

Además de la familia Widmann, muy cercana a Alvaro Colón, en especial a su esposa Sandra Torres, la compañía Guatemalteca Sugar State juega un papel en la represión que se ha venido dando en el Valle de Polochic. La Guatemalteca Sugar State es propiedad de la familia Pellas de Nicaragua, dueños de la licorera Flor de Caña y productores de etanol. Los Pellas en los últimos años  se han convertidos en socios del ingenio Chabil Utzaj.

En Guatemala se viene incrementando aceleradamente los cultivos de palma africana, "a un ritmo promedio de 8 mil hectáreas anuales, compitiendo por las tierras de otros cultivos agrícolas"(1). Existen actualmente 90 mil hectáreas de palma y el ex-ministro de Agricultura Bernardo López, asegura que hay condiciones para la siembra de 667 mil hectáreas.

En el año 2008 se inicio la inversión de fondos de cobertura estadounidenses en plantaciones de palma africana. Green Earth Fuel LLC, el Grupo Carlyle  y Goldman Sachs, invirtieron inicialmente USD $14 millones, en la conflictiva zona del Ixcan (2).

Mientras tanto en Honduras, el Valle del Aguan se ha convertido en un escenario de guerra, donde están acantonados más de 700 elementos de las fuerzas de seguridad y el ejercito. El pasado 24 de junio, las fuerzas de ocupación procedieron a desalojar el asentamiento de Rigores, donde destruyeron entre otras más de 114 casas de habitación, iglesias y centros de proyectos productivos.

La violencia en el Bajo Aguan ha cobrado alrededor  de 40 muertos en el último año, mientras el terror ha sido diseminado por los militares y grupos paramilitares que aparentemente cuentan con el asesoramiento de "expertos colombianos". 

Al mismo tiempo los medios de comunicación golpistas de Honduras, se han dedicado satanizar el movimiento campesino del Bajo Aguan, señalando la presencia no comprobada de sujetos extranjeros que se encuentran estableciendo un movimiento guerrillero (3).

A partir del golpe estado, se han efectuado en el Bajo Aguan una serie de operaciones que se pueden denominar "falsas banderas", donde se efectúan ataques a guardias privados y miembros de las fuerzas de seguridad, para atribuírselos a los grupos campesinos. La militarización y represiones existente desde hace años en la zona, imposibilita la existencia de grupos armados, como pretenden los diarios El Heraldo y La Prensa propiedad del Sr.Jaime Canahuati Larach, promotor del golpe de estado.

El valle del Aguan es el feudo de los señores Reynaldo Canales, Rene Morales Carazo (hermano del actual vicepresidente de Nicaragua) y Miguel Facussé conocido como el palmero de la muerte y señalado por wikileaks como presunto narcotraficante (5), además de ser considerado como el poder fáctico en Honduras. Sólo  Miguel Facussé posee más de 17 mil hectáreas de palma africana.

En Honduras existen también plantaciones propiedad del Grupo NUMAR, uno de los mayores productores de palma africana en el istmo. NUMAR pertenece al nicaragüense José Ignacio Gonzales radicado en Costa Rica. el que es propietario de la plantación San Alejo, localizada en los alrededores  de la Ciudad de Tela.

Según un informe de la Embajada de los Estados Unidos, en Honduras existe la posibilidad de sembrar medio millón de hectáreas (6). Con la recién aprobada Ley de  Regiones Especiales para el Desarrollo (RED), una compañía Hindú estaría interesada en sembrar 70 mil hectáreas de palma.

En Nicaragua NUMAR posee  la plantación en Kukrahill, localizada cerca de Bluefields, la que está en un proceso de expansión. Se supone que NUMAR expandirá sus plantaciones en la costa atlántica, contemplando llegar a las 30 mil hectáreas de la palmácea.

Costa Rica posee unos 50 mil hectáreas de palma africana y 52 mil de caña de azúcar.  Panamá en la Provincia de Chiriquí existen más de 8 mil hectáreas

La iniciativa estadounidense promovida por Obama denominada "La Alianza de Energía y Clima de las Américas" (ECPA, por sus siglas en inglés) surge en el año 2008 como parte de su campaña política y se acelera con la Cumbre Ministerial de energía y Clima efectuada en Washington en el abril del 2010, en donde se propuso el cambio de matriz energética de los países latinoamericanos.

El pasado abril se efectuó en Panamá una reunión de los miembros de la ECPA, donde se dio énfasis al tema de energía y cambio climático, considerando a los agrocombustibles como parte del paquete de energía sostenible. Sin embargo en Centroamérica se está agudizando la crisis social que se ha venido acumulando durante décadas, a través de la expansión de las plantaciones de agrocombustibles.

La ECPA desafortunadamente es parte del esquema de las Falsas Soluciones al Cambio Climático. Las más de 500 represas hidroeléctricas y la entrega de los ríos  a familias vinculadas a la élite de poder del istmo, acompañada de la destrucción de humedales y utilización de las denominadas  "tierras marginales", se convierte en un complot en contra de la gran mayoría de la población centroamericana sumida en condiciones infrahumanas. 

Todo este escenario viene acompañado de una militarización sin precedentes como parte del fenómeno de la República Z, actualmente implantando en Centroamérica.  

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