miércoles, 13 de enero de 2010

La capital de Haiti está destruida

Agencias

La magnitud del horror empieza a emerger en Haití. Los cuerpos de millares de personas muertas han sido apilados en las calles de la capital, Puerto Príncipe. El presidente haitiano, René Preval, afirmó este miércoles que hay que "ver para creer" la catástrofe producida en su país por el terremoto del martes, que calificó de "increíble".

El presidente, que salió a las 5 de la mañana a comprobar por si mismo lo ocurrido en Puerto Príncipe, concedió una entrevista a la cadena CNN a las puertas del aeropuerto de la capital, a donde acudió para verificar el estado de una infraestructura que es fundamental para recibir ayuda humanitaria.

"La ciudad está destruida. Los hospitales, los colegios, las casas particulares. Las calles están llenas de cadáveres", indicó el presidente, quien destacó que su residencia oficial, el Palacio Presidencial, y su propia casa, se desplomaron con el terremoto.

"No sé donde voy a dormir esta noche. Pero eso no es un problema", dijo el máximo mandatario de una nación asolada tradicionalmente por la pobreza y, ahora, por una catástrofe natural que ha causado una cifra cuantiosa pero indeterminada de muertos.

"He oído que pueden ser 50.000. Otros dicen que cientos de miles. La verdad es que no lo sé. Es todavía demasiado pronto para saberlo", dijo a la cadena de televisión.

El presidente aseguró que la primera necesidad del país es limpiar las calles de cadáveres y atender a los heridos. "No podemos llevar a los heridos a los hospitales, están llenos", subrayó.

Además, el país necesita equipos de rescate para salvar a las personas que han quedado atrapadas y también suministros médicos y alimentos. A ello se une el peligro de que se produzcan nuevos derrumbamientos, un temor que ha llevado a la población de Puerto Príncipe a acampar en las calles y plazas.

René Preval no teme que la situación en las calles derive en un brote de violencia, por la falta de agua potable y alimentos. "La gente entiende la situación. Todo el mundo está haciendo lo posible para ayudarse entre ellos", comentó a la CNN.

100.000 muertos

El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, afirmó este miércoles a CNN que teme que el balance por el potente terremoto de ayer podría alcanzar a "mucho más de 100.000 muertos".

Mientras tanto, las agencias de noticias informan que Haití amaneció ante una escena "inimaginable", formada por miles de cadáveres en las calles y bajo los escombros y por otros tantos heridos colapsando los hospitales que quedaban en pie.

"El parlamento se derrumbó. La oficina de rentas se derrumbó. Las escuelas se derrumbaron. Los hospitales también se derrumbaron", sostuvo el presidente haitiano René Préval al periódico estadounidense Miami Herald, agregando que estimaba los muertos en miles. "Hay muchas escuelas con mucha gente muerta en su interior", añadió.

El panorama de la capital con edificios en ruinas y cadáveres en las calles es "inimaginable", según narró el mandatario que junto a su mujer se salvó del desplome del palacio presidencial

"Camino por encima de cuerpos sin vida. Mucha gente se encuentra debajo de los edificios. El hospital general colapsó. Necesitamos apoyo. Necesitamos ayuda. Necesitamos ingenieros", añadió la primera dama Elisabeth Préval, quien calificó la situación como una verdadera "catástrofe".

Pudo ser peor

El ministro de los Haitianos Residentes en el Exterior, Edwin Paraison, dijo que "se habla de decenas de miles" de muertos en el terremoto del martes, aunque todavía no hay cifras oficiales, y señaló que los hospitales están "totalmente desbordados".

"Felizmente (el temblor) se produjo en una hora intermedia entre la salida del trabajo y la noche, a las cinco de la tarde, cuando buena parte de la gente estaba en vehículos de regreso a sus casas", declaró Paraison.

Sin embargo, agregó, "en las universidades, en las oficinas públicas donde hubo gente que se quedó hasta tarde, en los centros comerciales, hay víctimas. Gente que está bajo los escombros. Hay sobrevivientes en espera de ser auxiliados con los equipos necesarios". El ministro destacó que Puerto Príncipe "presenta un panorama caótico".

"Mucha gente ha perdido sus casas, particularmente gente que habita en zonas vulnerables", explicó Paraison, quien aseguró que "los hospitales están totalmente desbordados", entre ellos el General, por lo que los heridos son llevados a un estadio de fútbol cercano. Además, "los hospitales privados ya no aceptan más pacientes porque no los pueden atender", aseveró.

A todo ello se une la situación problemática por la falta de comunicaciones telefónicas, lo que impide la adecuada coordinación entre los organismos estatales y la sociedad civil, indicó el ministro.

"Es muy difícil reunir al Gobierno por falta de comunicaciones telefónicas", dijo el funcionario, quien agregó que la situación es precaria hasta el extremo de que el propio primer ministro, Jean Max Bellerrive, "se mueve en moto taxi" por la ciudad.

Testigos de la tragedia carentes de todo tipo de equipo de rescate hacen lo imposible para desenterrar a las víctimas del sismo atrapadas entre toneladas de concreto y hierro retorcidos.

Horas después del impacto del terremoto que provocó el derrumbe de los edificios más importantes de la capital, la noche del martes, el polvo cubría las ruinas de una ciudad irreconocible por la destrucción.

Atrás quedaba una noche de terror, donde cada tanto, los sobrevivientes debían correr asustados en búsqueda de refugio ante las réplicas del sismo.

El Instituto Geofísico estadounidense (USGS) informó que 24 fuertes réplicas sacudieron el país, tras el sismo de 7,0 de magnitud que se registró a las 16H53 locales (21H53 GMT) del martes.

"La gente estuvo gritando y rezando toda la noche", indicó en el sitio de socialización Twitter el Servicio de Ayuda de la Iglesia Católica.

Unas dos millones de personas viven en la densamente poblada capital de Haití, muchas de ellas apiladas en precarias viviendas en barrios marginales en las laderas de las montañas alrededor de la ciudad costera.

Apenas despuntó el alba comenzaron los saqueos en este inestable país donde los cascos azules de la ONU intentan mantener la paz y el equilibrio desde 2004 por medio de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSTAH).

Precisamente la MINUSTAH, integrada por fuerzas de paz de 17 países y liderada por Brasil, reconoció varias muertes entre sus 11.000 contingentes, entre ellos once brasileños y un argentino.

La sede de las Naciones Unidas en Puerto Príncipe se desplomó, hay decenas de desaparecidos y cinco muertos de su personal reconocidos por el organismo. La UNESCO no tiene noticias desde la noche del martes de sus 14 empleados.

Frank Williams, de la organización humanitaria World Vision, dijo que numerosas calles de la ciudad se encontraban bloqueadas por edificios abatidos.

"Hay brigadas de socorro posicionadas en diferentes lugares del país, pero el desafío consiste en llevarlos donde los necesiten", observó.

Entre los varios edificios derrumbados quedó en ruinas el lujoso hotel Montana y unas 200 personas se encuentran atrapadas entre sus escombros.

Las comunicaciones se encuentran totalmente cortadas en un país donde la infraestructura es muy precaria. El envío de heridos a centros hospitalarios es casi imposible. Se han reportado saqueos.

"El centro de Puerto Príncipe está destruido, es una verdadera catástrofe", declaró un habitante que marchó varios kilómetros para volver su domicilio en medio de escenas de pánico.

El temblor se sintió hasta en la vecina isla de Cuba.

La comunidad internacional se moviliza este miércoles para hacer llegar el auxilio a la Isla.

Haití, que detenta la renta per cápita más baja de todo América, con el 80% de sus casi nueve millones de habitantes en la pobreza, se ha visto golpeado por una serie de tragedias en los últimos años, como el paso de varios huracanes en 2008 que dejaron cientos de muertos.

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El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, afirmó este miércoles a CNN que teme que el balance por el potente terremoto de ayer podría alcanzar a "mucho más de 100.000 muertos".


Mientras tanto, las agencias de noticias informan que Haití amaneció ante una escena "inimaginable", formada por miles de cadáveres en las calles y bajo los escombros y por otros tantos heridos colapsando los hospitales que quedaban en pie.

"El parlamento se derrumbó. La oficina de rentas se derrumbó. Las escuelas se derrumbaron. Los hospitales también se derrumbaron", sostuvo el presidente haitiano René Préval al periódico estadounidense Miami Herald, agregando que estimaba los muertos en miles.

"Hay muchas escuelas con mucha gente muerta en su interior", añadió.

El panorama de la capital con edificios en ruinas y cadáveres en las calles es "inimaginable", según narró el mandatario que junto a su mujer se salvó del desplome del palacio presidencial

"Camino por encima de cuerpos sin vida. Mucha gente se encuentra debajo de los edificios. El hospital general colapsó. Necesitamos apoyo. Necesitamos ayuda. Necesitamos ingenieros", añadió la primera dama Elisabeth Préval, quien calificó la situación como una verdadera "catástrofe".

El embajador de Haití ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Dult Brutus declaró que el sismo en su país causó "decenas de miles de víctimas y pérdidas considerables de material".

El presidente de Estados Unidos Barack Obama prometió que la intervención de su país en Haití será "rápida, coordinada y enérgica" para salvar vidas y que la ayuda estadounidense llegará en las próximas horas.

El secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon indicó en tanto que el sismo exige un serio esfuerzo de auxilio, agregando que se hará presente en el lugar "lo antes posible".


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